Solté una palabrota, mientras que, ya sin cuidado, metía mis cosas dentro de mi bolso, preparándome para volver al lugar en el que me hospedaba.
Ese estúpido curso de verano, era una real molestia.
Mientras Chris se encontraba esquiando en las montañas y Ashton se hallaba viajando por el mundo, perdido quién sabe dónde, yo me encontraba en la escuela, aprendiendo cosas que sabía jamás necesitaría usar fuera del aula.
Aunque bueno, aquello también era mi culpa, después de todo, había aceptado aquel trato para poder participar en el torneo de básquetbol.
Ahora sólo me quedaba aguantar el resto del verano, atrapado en Inglaterra.
Qué manera de desperdiciar la vida a los 13 años…
Yo, Ethan, te tomo a ti, Natalie, como mi legítima esposa…
—¿Wells, vienes? —me llamó Carl, con su clásico
