El timbre de la puerta nos interrumpe salvándome del interrogatorio. —¿Puedo hablar con Milly? —pregunta Bartice por el altavoz y me pongo de pie, antes de salir, miro a Dania—. Sólo somos amigos —le aclaro y todos se carcajean. Salgo y Bartice me está esperando. —¿Pasa algo? —le pregunto al notarlo nervioso. —Azari tuvo una discusión horrible con su madre y no abre la puerta de su habitación —me explica—. Disculpa que te moleste, sé que no es tu problema, pero… —Recojo mis cosas y voy para tu casa —lo interrumpo—. Solo faltan unos minutos para la hora de salida. —Gracias —dice—. Mi ex mujer está en mi casa con ella, yo aún tengo algo de trabajo y no me puedo ir todavía, aunque quisiera. —Está bien, no te preocupes. Vuelvo a la oficina, termino con los pendientes que tenía y