Solo fue tu despedida de soltero

1916 Palabras
Capítulo 7 Raúl Villalpando Ya me siento cansado de esta situación, me dolió haberle alzado la voz a Lissie, pero es muy desesperante que me exaspera su actitud. Estamos en total silencio, ni música he querido poner, lo único que quiero es estar con ella en silencio hasta que lleguemos a la cabaña. Noté que se tensó cuando tomamos carretera, y me miraba irritada arrugando el rostro. —¿A dónde fregados me llevas? —Su voz salió furiosa. La miré con frialdad, y después volví a poner mis ojos en la carretera. —Cuando lleguemos lo sabrás. No me quitaba la mirada de encima, estoy seguro de que está que se revienta del coraje, pero no me importa. *** Estamos en la cabaña que tengo en Mazamitla y sirvo unos tragos. —Toma —Le extiendo un vaso. —No quiero —Suelta de mala gana. —Okay, está bien —Me lo bebo y pongo el vaso sobre la barra. —¿Por qué me trajiste aquí? —Espetó mirándome con ojos rabiosos. Me acercó a ella muy despacio, como si quisiera atacar a mi presa. —Quería recordar aquella tarde cuando vinimos por primera vez, cuando hicimos el amor tan rico en esa cama —Señalé con el dedo índice. Sonreí de lado, cuando vi su reacción al recordarle esa tarde tan maravillosa que tuvimos. —¿Te acuerdas como te estremecías en mis brazos? La manera tan rico que me besabas, cuando me pedías que no parará —Le susurro en la cara muy suavemente, su cuerpo estaba muy tenso, podía sentir que temblaba, aunque tratará de disimularlo, conmigo no podía, la conozco muy bien y sé que aunque no niegue mil veces me sigue amando. Me empuja con fuerza y se aleja furiosa. —¿Qué pretendes trayéndome aquí? Recordarme cuando fui feliz y a la vez recordarme cuando me dejaste destrozada, cuando te vi en el cuarto de hotel con aquella zorra con la que te revolcabas —Vociferó llena de rabia. —Lisseth, si tan solo me creyeras, si confiaras en mí, no pasó nada entre ella y yo porque lo presiento, si está bien no recuerdo nada de lo que pasó aquella tarde, pero mi instinto me dice que jamás te fallé —Quise acercarme a ella, pero me lo prohibió alejándose más de mí —Sí, como no, yo te vi besándola, acariciando su cuerpo, como te atreves a decirme que no pasó nada, ¡si yo te vi, cuando llegué a nuestra cita! —Gritó al borde el llanto. —Mírame —La tomo del rostro para que me mire bien a los ojos, puedo ver sus ojitos llorosos, y eso me parte en mil pedazos. —Yo te amaba, estaba dispuesta a dejar todo por ti, a irme lejos contigo, pero me mataste —No pudiendo más, la estrecho en mis brazos, ella hace todo para que la suelte, pero no lo permito y es cuando la escucho llorar. —Te amo, bonita, te lo juro —Lissie me pide que la deje, pero no quiero soltarla, no quiero alejarme de ella —. Te extraño como no tienes una idea —La agarró de la cara y la beso con desesperación y pasión. Mi lengua busca la suya y bailan con la misma armonía, caminamos hacia la cama y caemos en ella —Te amo, te amo, me haces mucha falta —La vuelvo besar apasionadamente, le voy quitando el jersey, mientras voy dejando besos húmedos en el cuello, que la hacen gemir bajito. Muerdo un poco su oreja y vuelvo a besar su boca, ella suelta un suspiro en mi boca y me abraza. Dejo besos por donde voy bajando, hasta que llego a sus pechos que tanto amo, lamo su pezón rosado y con la otra mano le doy mimos al otro ceno, chupo y muerdo despacio y lo meto a mi boca succiono su pezón y le da gran placer eso del bebé hambriento suena muy turbio Lissie jadea con locura, se retuerce debajo de mí, disfrutando de mis caricias. —Ahhhh mmmm. Me encanta escucharla gemir, sus gemidos son música para mis oídos. —Mmmm, extrañaba tanto tenerte así, mi amor, mi bonita. Ella no dice nada, solo siento como está desesperada por mí como yo lo estoy por ella. Me quita mi camisa y la veo tirada junto a su falda y sin más sus manos bajan a mi cinturón y desabrocha el botón bajándolo junto con mi bóxer y mi hombría sale dura en todo su esplendor. La veo como la toma con sus manos y la va dirigiendo a su entrada. No sé en qué momento es ella la que me está montando y yo recostado en la cama viéndola moverse de arriba abajo de vez en cuando rota sus caderas y yo alucinado viéndola como toma sus pechos y arquea su espalda y ya no aguanto más tomo sus caderas con ambas manos marcando el ritmo para que nos vengamos juntos. —Vamos bonita, busca tu placer, tómame, soy tuyo, solamente tuyo para toda la vida hermosa. Se mueve tan seximente encima de mí, diciendo —. Oh sí, qué rico mmmmm. La cambio de posición, poniéndola en cuatro y la penetro de golpe llegando más profundo, haciendo que grité de placer, se siente tan bien que quiero sentirla, así que acelero mis movimientos y acaricio su perla hinchada, logrando venirnos al mismo tiempo. Nos acomodamos en la cama y me dice. —Ojalá los hayas disfrutado porque no volverá a pasar, solo fue tu despedida de soltero —¿Qué dijo? ¿Escuché bien? —¿Quién te dijo que sería la última vez? —Le lanzo una sonrisa burlona. —Yo, yo lo digo, ahora llévame a mi casa —Me ordena con voz golpeada. Se pone pie y empieza a vestirse con rapidez. —¡¿Qué esperas?! Muévete qué me quiero largar, ya de aquí no soporto estar más tiempo contigo, ya te di lo que tanto querías, ¿no? —No, no me lo diste —Se rio sarcásticamente. —Ay, qué pena —Me dice fingiendo estar dolida. La veo con dolor, ya que creí que después de esto que pasó todo sería diferente y estaríamos nuevamente felices, pero veo que me equivoqué. Una vez que me terminé de cambiar, tomé las llaves y nos fuimos. Lisseth Fernanda Haber estado nuevamente con Raúl, me encantó, me hizo sentir que flotaba en sus brazos, sentir sus besos, me volvieron loca de placer, por un momento olvidé todo lo malo y me entregué como nunca. Escuché que tocaron la puerta de mi habitación y fui a abrir. —Hola, cuñis, ¿cómo estás? ¿Puedo pasar? —Me preguntó Mich con una cálida sonrisa. —Bien, si pasa —Nos sonreímos amablemente. —Quiero platicar contigo, yo sé que algo te pasa, no eres una novia que está feliz por su boda, al contrario, parece que iras a tu funeral —Ya me descubrió, a esta niña no se le pasa nada. —Ay Mich, qué cosas dices —Me río nerviosa. —Lissie, sé que no somos muy cercanas cómo Lisita y yo, pero puedes confiar en mí, de verdad —Le doy un suave gesto, si pudiera hablar con alguien de esto, pero no, no puedo ni debo. —Michelle, de verdad estoy bien, estoy así por papá, que no sé si podrá estar para mi boda, eso es todo. Mi cuñada niega con la cabeza y suelta un pequeño suspiro. —Yo también estoy a punto de casarme y no estoy como tú, al contrario, me siento dichosa por compartir mi vida con tu hermano —Asiento con un leve gesto en mis labios. —Sí, lo sé y estoy feliz por ustedes y por este bebé que viene en camino —Le toco su vientre plano. —Sabes que si quieres hablar cuentas conmigo, aquí estaré para escucharte y lo que hablemos quedará solo entre las dos —Cierro los ojos mientras dejo salir un suspiro. —Mich —Ella voltea y la invito a sentarse en la cama. —Me casaré con Raúl bajo contrato, me dijo que si no me casaba con él, no ayudaría a que mi papá saliera de la cárcel —Mich me miraba con ojos gigantescos. —¿Qué estás diciendo Lissie? —Lo que oyes —Mich estaba en shock, no podía pronunciar palabra. Le fui contando lo que pasó, el porqué terminé con Raúl, le dije que una de las veces que él fue a Phoenix por negocios aprovechábamos para vernos y esa tarde, él cuando terminó sus labores me citó en un hotel, ya que no pudimos vernos en el departamento porque ahí estaba mi papá, y cuando fui lo encontré en la cama con Amber, su amiguita. Flash Back Llegué al hotel y me dirigí a la habitación donde me estaba esperando mi amado, estoy tan emocionada de verlos, lo extraño demasiado. Cuando llegué a la habitación, la puerta estaba entre abierta, y cuando entré me llevé la peor de las sorpresas, Raúl estaba semidesnudo besándose con Amber, una de las tantas amiguitas con las que se revolcaba. Salí corriendo de ahí con el corazón hecho pedazos, me desaparecí esa tarde, hasta el día siguiente que llegué al Penthouse, mi papá y Rebe no estaban, me sentí más tranquila porque no me verían mal. Horas más tarde apareció él, me dieron ganas de asesinarlo por lo que me había hecho. Le planté una fuerte cachetada que le volteé la cara. —¡¿Cómo te atreves a venir después de lo que me hiciste?! ¡Eres un desgraciado infeliz, te odio! —Mi amor tranquilízate, vengo a explicarte, todo fue una trampa de esa desgraciada, ella fue a dizque a decirme que me dejaría en paz, que supuestamente había entendido que nunca iba a ver nada entre nosotros, no sé qué le puso a mi bebida que me empecé a sentir muy mal —Lo miraba llena de rabia, no creía más en sus mentiras, puesto que en la mañana Amber me envió unos mensajes diciéndome que Raúl solo estaba conmigo para recuperar lo que mi papá le había estado negando, que era las acciones que le había dejado su padre. —Eres un maldito infeliz, solo me usaste para tu propio beneficio, ¿qué dijiste? Enamoró a la estúpida de Lisseth y hago que mi padrino me dé lo que me corresponde —Raúl negaba con desesperación, me decía que eso no era así, que si de donde había sacado tanta tontería, le dije que su amante ya me lo había informado. —Eso es mentira, te lo juro por el amor que te tengo, que es una vil mentira, créeme, te lo ruego —Le volví a voltear la cara cuando intento tocar. —¡No me toques! Acabas de matar lo que sentía por ti, después de saber que me fuiste infiel y me utilizaste para obtener las acciones de la empresa, no quiero volver a saber de ti nunca, para mí estás muerto —Lloraba llena de rabia, ¿cómo pude ser tan idiota en creer en su amor? ¡¿Cómo?! Final del Flash Back Después de contarle todo a Mich, lloré, lloré como niña pequeña en sus brazos, ella me consoló, me dijo que siempre contaré con ella, le agradecí entre llantos.
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