Capítulo 6
Llegué a casa y me encontré con Mich, que iba saliendo del jardín, nos dedicamos una cálida sonrisa, y subí las escaleras, en cuanto llegué a mi habitación me encerré, no quiero que nadie me moleste, no estoy de humor para aguantar a nadie.
Escucho sonar mi celular y lo saco del bolsillo trasero del pantalón, al ver su nombre aventé furiosa el teléfono a la cama.
—Es un maldito desgraciado —El celular no dejaba de sonar, ya me tenía harta, así que contesté con rabia.
—Nos vemos en mi departamento en veinte minutos —Luego de decir eso me colgó. Está imbécil, éste cree que iré.
Agggg, que rabia me da éste maldito….
Minutos más tarde…
Estoy afuera de la residencia, a punto de subirme al auto, cuando siento que me agarran de la muñeca, al voltear lo fulmino con la mirada.
—Te dije que te vería en veinte minutos en mi departamento, odio cuando me dejan plantado —Lo miro con soberbia, dedicándole una sonrisita burlona.
—Ay, ¿de verdad? Qué pena por ti —Me hago la sufrida porque lo dejé plantado.
Resopla irritado, mirándome fríamente a los ojos, yo no me quedo atrás y lo miro de la misma manera.
—Sube —¿Qué? Está idiota si cree que voy a obedecer sus órdenes —Lisseth Fernanda, no estoy jugando, sube o te subo a la fuerza, tú decide —Me dice con los dientes apretados, está furioso.
—Ja, si tú te atreves a tocarme, grito y les hago creer a la gente que me quieres secuestrar —Pero mi mirada desafiante no sirvió de nada, aun así me tomó en sus brazos y me subió a su carro, y después me brinco y arrancó de prisa.
El muy desgraciado se venía burlando de mí, aggg como lo detesto.
—Te acabo de demostrar que conmigo no se juega, mi amor —Volteo la cara furiosa cuando está a punto de tocarme el mentón.
—No tienes idea de cuanto te odio —Le grito con todas mis fuerzas.
—No me importa que me odies, estarás atada a mí, para el resto de tu vida, delante de la familia y amigos, vas a tener que demostrar que todo está bien entre nosotros, que nos amamos con locura, ¿entendido? —Asentí haciéndole mala cara. 《 Haré tu vida, un infierno, te vas a arrepentir de haberte metido con una Santibáñez》.
***
Llegamos a su penthouse y los recuerdos me invaden, no quiero pensar en esos momentos en lo que vivimos juntos, pero me es imposible, ya que fueron maravillosos, lo amé, lo amé demasiado, pero se encargó de matarme en vida y convertirme en esta mujer que ahora soy.
Su voz invadió mis pensamientos.
—Siéntate —Lo miró de mala gana, odio que me dé órdenes.
—Así estoy bien —digo de forma golpeada.
—Siéntate —Me repitió mirándome mal.
Le volteé los ojos y me senté, lo miraba fúrica, la sangre me hervía del coraje.
—Ahora sí, podemos hablar de nuestro matrimonio —Me reí con ironía.
—¿Nuestro matrimonio? Nuestro infierno querrás decir —Nos lanzábamos miradas asesinas.
—Lo que sea, infierno o no, no me interesa —Declaró con firmeza.
—¿Por qué tu afán de casarte conmigo, eh? No lo entiendo —Estoy harta de todo esto, si va a asociarse con ese infeliz de Roberto para recuperar su parte de la empresa, no comprendo sus motivos para casarme con él.
—Porque me da la gana, solamente por eso —Ah mira, por sus huevos, nada más, que bonito, entonces prepárate para vivir en el infierno.
Se me va a subir la bilis del coraje que tengo, si pudiera le sacaría los ojos y lo mataría, después desaparecería su cuerpo.
—Esteban va a salir, y cuando eso pase haremos una fiesta en tu casa y anunciaremos nuestro compromiso —No puedo evitar soltar una risotada por las idioteces de éste imbécil.
—Okay, está bien —Le dedico una falsa sonrisa, mientras brindamos por “nuestro feliz matrimonio”.
***
Los días fueron pasando y mientras me preparaba para mí “compromiso” con el infeliz, ese también se acercaba el juicio en contra de mi padre.
Me encontraba con mi mamá, Lis y planeadora viendo revistas de vestidos y tomando una taza de café.
— Esto es demasiado — bufo mientras ambas me miran con las cejas enarcadas.
— Qué pasa mi niña?— pregunta mi mamá.
— No puedo creer que esté planeando mi compromiso y luego una boda mientras mi papá sigue tras las rejas—
— Ay hermanita, ya verás que todo se solucionará y papá podrá estar contigo y entregarte a tu amado — No les he contado nada que nuestro compromiso y posterior matrimonio será únicamente para salvar a papá, no quiero que sufran o sepan la calaña de marido que me tocará en esta vida y por eso finjo ser la novia perfecta, pero no feliz por la situación que estamos atravesando.
La idea de hacer el compromiso cuando papá saliera de la cárcel se difuminó en un chasquido pues, ese maldito de Roberto ha movido cielo, mar y tierra para mantener en una celda a papá y no veo ningún avance con la abogada que contrataron.
Veo llegar a mi futuro esposo, se ve tan guapo con ese traje, pero Lisseth que estás pensando, por Dios.
Cuando se da cuenta de que lo estoy mirando, suelta una sonrisita de lado, volteo los ojos con enfado. Me toma del mentón y me besa, por un momento me quede en shock, ya que no me lo esperaba, se me revolvió el estómago al sentirlo y cuando quise protestar me impidió alejarme sin más metió su lengua y acarició la mía suavemente, afloje mis manos de su pecho y me deje llevar, nos besábamos cálidamente, disfrutando de las caricias que nuestros labios se daban.
Cuando al fin me lo pude quitar de encima fue cuando escuchamos el carraspeó de mi mamá, éste le dedicó una suave sonrisa y se disculpó diciendo que no lo pudo evitar, porque me ama demasiado.
—Lo siento madrina, no lo pude evitar, amo con el alma a Lissie y desde que volvimos no quiero separarme de ella.
《 Sí como no, imbécil, mucho me has de amar》.
Tuve que poner mi mejor sonrisa, cuando mamá y Lisita nos veían, estaba harta de fingir que todo estaba bien con éste pedazo de idiota que tengo a lado.
Cuando salimos de la tienda de vestidos de novia, tomé a Raúl con brusquedad y lo alejé de mi mamá y mi hermana.
—No vuelvas a besarme, ¿te quedó claro? —Espeto mirándolo con repulsión.
Soltó una carcajada divertida y me dijo —. Te encantó, no finjas, sentí como te estremeciste, admítelo, extrañabas mis besos —Lo mato, lo mato.
—No sentí nada bueno, no seas imbécil, lo único que me provocas es asco y repulsión —Me tallo el labio con brusquedad, haciéndole saber cuanto lo detesto.
Nos quedamos mirando fríamente, pero nuestras miradas fueron interrumpidas por Lisa y tuvimos que fingir que estábamos platicando amorosamente.
—Vamos a comer, tenemos hambre —dice acariciando su vientre, me río con ternura al verla hacer pucheros.
—Okay, vamos, ¿qué se antoja? —La abracé y nos dirigimos al carro.
—Amm —Se queda pensando con rostro arrugado —. ¿Qué será bueno? —Me encogí de hombros y nos reímos divertidas.
—Vamos por unos mariscos —¿A éste quién lo invitó a nuestra plática? Bufé disimuladamente, y lo miré de reojo, asesinándolo con la mirada, y me sonrió ampliamente.
—¡Ay, sí!, me encanta, vamos —Rodé los ojos, cuando Lisa se puso feliz por lo que dijo éste idiota.
Nos acomodamos en el carro y nos fuimos.
Arrugue el entrecejo cuando llegamos al restaurante, es el mismo donde vinimos una vez él y yo, lo volteé a ver furiosa, pero ni siquiera sé inmutó, al contrario, me regaló una estúpida sonrisa.
Los recuerdos vinieron a mí de golpe.
Flash Back
Estábamos sentados esperando nuestra comida, Raúl me tenía tomada de la mano, y besó cálidamente mis nudillos, nos sonreímos dulcemente y nos dimos un tierno beso en los labios.
—Te amo, bonita.
—Yo más —Nos reímos alegremente.
—Emmm, me temo que pierdes, porque yo te amo mucho más —Lo miré con ojos chinitos y el gesto arrugado.
Raúl se carcajeó y me besó nuevamente.
—Amo cuando te pones dizque seria —Se ríe. Rodé los ojos y más se rio, me tomó del mentón y me volvió a dar un pequeño beso.
—Quiero que esto dure para siempre, no quiero separarme de ti, nunca —Acercamos nuestras frentes y nos miramos con amor.
—Nunca nos separaremos, estaremos juntos siempre, porque nos amamos.
—Me da miedo mi papá, que mañana que hablemos con él, reaccione mal y… —Raúl me cayó con un beso.
—Shh, no pienses en eso ahorita, ¿okay? Si algo sale mal con mi padrino, veremos la manera de estar juntos, aunque sea a escondidas de todos, pero no pienso dejarte, te amo como no tienes idea, tú me enseñaste lo que es amar, contigo conocí el amor —Me limpió mis lágrimas que salían por mis mejillas y nos fundimos en un tierno beso.
Final de Flash Back
No me di cuenta de cuando mis lágrimas corrían por mis mejillas, hasta que Lisita me habló.
—Hermanita, ¿estás bien? —Limpie las lágrimas y crucé mi mirada con ella, asintiendo.
—Ahora vuelvo — Me levanté de la silla y me fui al baño.
Una vez sola, saqué todo lo que sentía. 《¿Por qué Raúl nos tragó aquí, por qué? 》, pensé llena de furia.
Respiré profundo, me limpié la cara y salí del baño, al voltear lo veo a él.
—No puede ser —Espeto irritada.
—¿Qué te pasa? —Preguntó según el preocupado, ni él mismo se lo cree.
—Que te importa, quítate —Le dije de forma grosera.
Cuando estuve por pasar por su lado, me tomó del brazo y me metió al baño, y cerró con llave detrás de él.
—¡Déjame salir! —Exclamé furiosa.
—No —¿Qué? —. No te dejaré ir, hasta que me digas por qué llorabas —Resoplo irritada, estoy harta de él, no soporto tenerlo cerca, cada que lo tengo cerca, recuerdo lo que me hizo, las imágenes cuando lo vi en la cama de aquel cuarto de hotel con Amber vienen como cámara lenta.
Lo veo con profundo odio, como se atreve a ser tan sínico, por Dios, agggg me revienta del coraje su descaro.
—Okay, ¿quieres saber? Bien te lo diré, es por mi papá, ¿ya contento? Ahora quítate —Lo empujo y salgo del baño, puedo sentir que todo mi cuerpo arde de la rabia que siento.
Momento después ya estábamos disfrutando de nuestro almuerzo. Mamá platicaba amenamente con su “yerno” y Lisita disfrutando de sus ostiones.
—Mami, antes de irnos, le pediré comida a Martín, cuando le dije que comeríamos mariscos, me pidió que le llevará —Mamá asintió con una suave sonrisa.
—Sí, porque si no, el bebé nacerá con cara de marisco —Se rio el tarado, ja, ja, ja, qué risa.
Tuve que fingir una linda sonrisa, cuando tomó mi mano, mamá y mi hermana nos veían sonrientes.
—Me da mucha felicidad verlos juntos de nuevo, y que hayan arreglado los malos entendidos, la verdad nunca creí que la hubieras engañado, se nota cuanto se aman, porque el verdadero amor significa confiar y dar la vida en aquella persona a la que amas con el alma, que sientes que te falta algo de ti si no lo tienes —Le dedicamos un cálido gesto a mamá. Si ella supiera que me caso obligada y odiándolo.
—Así es, madrina, daría todo por mi bonita —Me toma de la cintura acercándome más a él y me da un beso en la mejilla.
Cuando me besó, no pude evitar sentir cosquilleo en el estómago, y, por otro lado, siento que se me revuelve el estómago.
Trato de fingir una sonrisa de felicidad al tener a mi madre y a mi hermana enfrente observándonos con una gran sonrisa que iluminan sus ojos, mientras observo a Raúl por el rabillo del ojo, terminando la sonrisa en una mueca de repulsión.
***
Dejamos a mi mamá y a Lis en la casa y Raúl y yo nos vamos a ver donde sería el banquete, estoy fastidiada con todo esto, parece que estoy organizando mi funeral, que mi boda, jamás me imaginé que cuando este día llegará fuera así, tan fastidioso.
Vamos en total silencio, de repente siento que me mira de reojo, pero hago como que no me doy cuenta y lo ignoro.
Le suena el celular y al ver quien es lo ignora, y lo apaga, de seguro es una de sus tantas “amiguitas”.
Llegamos al salón donde será la fiesta, cuando me bajo me toma de la mano y no tengo más remedio que aceptar.
—Hola, buenas tardes —Nos saluda Viridiana, la organizadora de la boda.
—Buenas tardes —Le devolvemos el saludo gentilmente.
—Bueno, pues podemos comenzar cuando gusten —dijo con un suave gesto
—Pues ya, mientras más rápido terminemos con esto mejor —digo en tono fastidioso, Viridiana se me queda viendo y suelto un suspiro —. Perdón, no quise ser grosera, no he tenido un buen día, lo siento los nervios de la boda me tienen así —Le dedico una leve sonrisa.
—No te preocupes, he visto a novias que sueltan el llanto cuando no salen las cosas como ellas desean, así que no hay problema, estamos para apoyarlos en todo —Asentí agradecida.
Estuvimos probando de todo, la verdad es que era muy difícil decidirse por un platillo.
—No sé, todo está delicioso —Raúl asintió levemente.
—El lomo con salsa de tamarino acompañado con puré de papa, me encantó, es un buen platillo para la boda —Ash, odio decir esto, pero éste parásito tiene razón.
—El que dijo mi prometido, está perfecto —Viridiana nos sonrió ampliamente y asintió.
—Muy bien, anotado.
Terminamos de ver lo del banquete y vamos de regreso a mi casa, o eso creía yo, porque este no es el camino a la residencia.
—¿A dónde llevas? —Le pregunto de mala gana, pero no me responde y eso me enfurece más —. A ver imbécil llévame a mi casa, ¡ahora mismo, o juro que me bajo!
Se queda en silencio ignorándome por completamente. Cuando estoy por abrir la puerta me detiene.
—¡Basta de berrinches Lisseth Fernanda!