Día 4 - Sentimientos escondidos

1128 Palabras
POV Ethan. —Llegamos... —¿Qué hacemos aquí Ethan?—preguntó frunciendo el ceño. La traje a este lugar para poder decirle lo que siento por ella, lo que siempre he sentido. No sé si confesarle que me enamoré de ella desde el primer día de primaria, cuando la ví por primera vez entrando de la mano con su mamá. Era y es la niña mas linda. No estoy muy seguro de decirle que la quiero, este juego es una farsa para ella, pero para mí significa mucho. Sé que ella debe de pensar que he actuado muy raro, tal vez hasta ahora he tenido el valor de dar los primeros pasos. —Me pareció un buen lugar para pasar el domingo. Alejados de todos—respondí. —Wow... Este lugar es lindo—susurró. —¿Te gusta?—pregunté elevando una ceja. Pusó su mirada en mí. —Me encanta. Bajamos del auto y la lleve a la orilla del lago, el agua era cristalina y los árboles al rededor le daba un toque impresionante, es un lugar mágico. —¿Porqué haces todo esto?—preguntó ¡Porque te quiero! —¿Qué? ¿Ahora no puedo pasar un tiempo con mi mejor amiga? Rodó los ojos. —Claro que si, tontito... Solo que... No olvidaloㅡ dijo sonriendo. —Ya vuelvo—dije mientras me levantaba y iba a la cajuela del coche; pensaba pasar todo el día con ella, por eso me atreví a traer frutas, sándwiches, pizza y toda esa comida chatarra. —¡Ethan! ¡te amo!—dijo cuando miró todo lo que traía. A ella le gustaban estas cosas, claro, al igual que a mi. Si supiera que yo tambien la amo. Pero no cómo amigos. La amo en todos los sentidos. Empezamos a comer y tomar del refresco. —Hmm que delicia—susurró mientras comía un trozo de pizza. Reí. —Si, esta muy rico—Asentí. ¿Se lo digo o no se lo digo? —¿Qué pasa?—preguntó frunciendo el ceño. —¿Porqué? —No se... Has estado raro... ¿Raro? Ah, si. —¿Raro?—pregunté atragantandome con la pizza. —Si, estos días... A la mierda, le voy a decir. —Drey—Llamé, ella me miró.  —Lo que pasa es que.... Estoy... Yo...— Me interrumpió. —Ya dilo. —Yo... Estoy enamorado—Confesé. Me miró seria. Sonrió. —¡Eh! Ethan ¡Estas enamorado! Ahora entiendo todo—Dijo mientras me miraba con ¿Picardía? —¿Enserio?—fruncí el ceño. ¿Ella lo sabía? ¿Tanto se me nota? —Si, me has estado dando rosas y peluches para... Que te ayude a conquistarla ¿Cierto?—Dijo sonriendo. Oh no... Falsa alarma. Cree que estoy enamorado de otra. —Bueno yo... —No se porqué tenías que hacer todo esto para decirme... Realmente me creías incapaz de no ayudarte... ¡Que poco me conoces! ¡siempre estaré para ti! ¡Eres mi mejor amigo Ethan Andrés!—Finalizó. —Eh si, ¿Perdón? Me miró achicando los ojos. —Te perdono. Solo Porque no me gusta enojarme contigo. Te quiero demasiado—me abrazó. Le correspondí el abrazo. Bueno... Parece que tendré que esperar. Ella lo es todo para mi; no me imagino una vida sin ella. Que haría yo sin Audrey Grace Coleman. Si solo podré verla como amiga, con eso me basta y sobra. —Te quiero, tontito—susurró. —Yo también te quiero, bipolar. Rió. —Oye, no me llames así. —De acuerdo, de acuerdo—Asentí. Debo admitir algo, ella es algo Bipolar, no es que eso esté mal, al contrario me gusta ver como cambia de humor tan rápido. Es gracioso. —¿Nos metemos al agua?—preguntó mientras se quitaba la camisa y su short. ¡Dios! —¡Drey! —¿Qué? Eres mi mejor amigo ¿Porqué me tiene que dar pena? ¡Nos conocemos desde pequeños!—Dijo —Crees que sea buena idea ir al agua? Esta fría—digo frunciendo el ceño. Rodó los ojos. —¡Vamos Ethan! —Agh, ¡Esta bien!—Asentí. Quité mi camisa y mi pantalón. De reojo miré cómo no me quitaba la vista de encima. —¿Pasa algo?—pregunté mientras ella tapaba sus ojos. —¡Estas en boxers!—espetó. Reí —¿Quién quería que me metiera al agua? Ah ¿Y que dijiste?—Arremedé mientras ponía mi mano a mi oído en forma de burla—Ah si, nos conocemos desde pequeños ¿Porqué me tiene que dar pena? ¡Audrey, por favor!—contraacté. Estas cosas así la ponen de mal humor. Me gusta verla enojada. —Ya, ya.. Vamos al agua—dijo jalándome el brazo. ¿Estaba nerviosa.? —¿Estás nerviosa?—pregunte con tono de picardía. —¡Ethan, por favor! ¿Nerviosa yo? Como crees. Mejor Cuéntame.. ¿Como se llama la chica que te gusta?—preguntó mientras caminabamos hacia el agua. —No te diré —la molesté. En realidad no tenía idea de qué decirle o qué inventar. —¡Dios está fría!—exclamó. —Te dije. Rodó los ojos. —¿Porqué no me quieres decir? Yo... No te diré nada. Dime—me quiso persuadir. ¿Cómo le voy a decir quién es? Eres tú, Audrey ¡Me encantas desde la primaria! —No... Porque no sé si ella siente lo mismo por mí—me acercaba lentamente a ella. Se pusó nerviosa. —Que malo eres. —Te prometo que algún día te contaré. Ese día será cuando te confiese que tú eres esa chica. Cuando nos dimos cuenta que ya se estaba haciendo tarde, regresamos al coche y nos dirigimos hacia nuestras casas. —Gracias por todo, Ethan.                                  ~*~ AUDREY  Desperté y me fijé en mi reloj. —¡Mierda es tarde! Me bañé lo mas rápido que pude; me puse unos jeans y mi remera. Ethan pasará por mí en cualquier momento. Bajé para desayunar y... —¡Papá! ¿Mi papá a estas horas? Okay, esto es muy raro, mi papá vive en la casa pero literalmente nunca esta. Es decir, el se levanta muy pero muy temprano para ir a trabajar y viene demasiado tarde; su trabajo es un poco pesado. A veces lo extraño, casi nunca lo veo. Solo los domingos, pero ayer no lo miré porque fui con Ethan a... Ese lago. —Buenos días—susurró. —¿No vas a ir a trabajar?—pregunté frunciendo el ceño. Él me miró achicando los ojos. —¿No me extrañas?—hizo puchero y se limpió una lagrima imaginaria en su mejilla. —¡Claro que sí!—fui y lo abracé. —Se abrazan—dijo Terry confundido mientras llegaba a la cocina. —Y sin nosotros—siguió Kel. Mi papá hizo una seña para que se unieran al abrazo y ellos asintieron. —Estaré todos los días con ustedes—susurró. ¿Qué? —Pero ¿Cómo?—pregunté —Me han dado un mes de vacaciones, creo que me lo merezco ¿no creen? —Claro que si, y me da gusto. Te queremos. Abrazo, abrazo. Hace tanto tiempo no abrazaba así a papá. Realmente lo extrañaba. Llegó Ethan y me subí al auto. —Buenos días—dije dándole un pequeño beso en su mejilla. —¿Porqué tanta felicidad?—pregunta curioso. —Mi papá esta de vacaciones y ahora lo miraré diario, no solo los domingos—respondí Estaba feliz. —Que bueno, me alegro por ti—añadió. Pusó en marcha el coche y nos dirigimos al instituto. —¿Te veo en la cafetería?—preguntó. Asentí. Salí de ahí y me dirigí a mi salón. —Audrey Grace Coleman!—dijo alguien tras mío. Volteé a ver y no podía creer quién estaba frente a mi. —¿Tú?
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR