Día 3 - ¿Peluche?

1278 Palabras
Seguía acostada en mi cama; el día de hoy no quería salir ni a la esquina. —¡Audrey!—dice Kelse entrando a mi habitación; Sip, otra vez sin tocar. ¡Que modales los de esta niña Por Dios! —¡Kelsey, ¿no sabes tocar!?—Espeté encarandola. No me gusta discutir con mi hermana, pero aveces me pongo histérica por cualquier cosa, como esta.  Ella elevo las cejas y dió la vuelta saliendo de la habitación. ¡Mierda! —¡Kelsey!—corrí tras ella. —¿Qué?—dijo frustrada. —Perdón, hermanita, ¿Si?—dije dándole un abrazo de esos que dejan sin aire. —N-no puedo respirar—dijo La solté y ya se estaba poniendo azul... Lo sé, soy exagerada. —¿Qué te pasa ultimamente?—preguntó cruzada de brazos. No podía contarle lo que pasaba; aún que creo que ella no escuchó a Ethan decir que eramos novios, porque si fuera así ya vendría a interrogarme como agente FBI. Ella es así; le gusta saber todo con detalles. Pero era mi hermanita, ella sabía guardar mis secretos, confío en ella. Además necesitaba desahogarme. La tomé del brazo y la llevé a mi habitación. Nos sentamos en la cama y empecé a contarle todo. —Mira Kel, Ethan y yo... Somos novios... Pero de mentiras; él y yo estábamos artos de los comentarios de los chicos hacia nosotros, de que porqué no teniamos pareja y esas cosas ¿Entiendes?—Asintió—Por eso él tuvo la brillante idea de ser novios por 85 Días... Él cual no está saliendo del todo bien porque ahora los chicos solo quieren que estemos saliendo en grupo... Y yo... No sé, Kel, nada es cómo antes... Porque él hasta me trajo Rosas hoy—finalicé. Tomé una profunda respiración y me dejé caer en la cama. —Wow... Quién iba a decirlo. Tú y Ethan de novios. Pero, ¿De mentiras, Drey? No creo que sea buena idea—finalizó acostandose junto a mí. Ella tenía razón, no era buena idea. Pero ya no voy a seguir pensando en eso... ¡Ya! —Sí, pero solo es una pequeña mentirita; pronto acabará.—Me pusé de pie—Mamá lo sabe—añadí. —¿Cómo?—preguntó. —Ella escuchó a Ethan decir que eramos novios y... Nos felicitó. —Entonces, ¿ella no sabe que todo esto es una farsa? —Aja. Bueno ¿Que me ibas a decir cuando llegaste?—pregunté Ella se levantó de un respingón y se dirigió a la puerta. —Necesito que me ayudes a limpiar la casa—Dijo Rodé los ojos. —¡No!—hice puchero. —Mamá dejó la orden... Te espero en la sala—se burló. ¡Odio limpiar! Estaba en pijama, ya estaba un poco suciecita así que bajaré con ella. Era un short muy corto, con una camisa de tirantes.  Me hice una coleta alta y fui hacia la sala. Por cierto, estaba descalza. —¿Limpiaras así?—preguntó Kel. —Sí, la lavaré hoy—Asentí mientras cogía una escoba y empezaba a limpiar. —Bueno. Era tan injusto que solo las dos limpiaramos mientras Terry salía con sus amigotes de fiesta, y claro, con chicas. —¿Dónde esta Terry?—pregunté frunciendo el ceño. —Dormido—dijo con tono de duh, es obvio. Este chico ya es el colmo. Subí las escaleras y toqué su puerta. Yo sí tengo modales. Volví a tocar y no abría. Ni modo. Abrí la puerta y su habitación estaba hecha un desastre ¡Este tarado es un desastre! Él estaba muy dormido. —¡Terry!—eleve mi voz y toqué su hombro. Nada. Ya me cansé. Salí de su cuarto y me dirigí a la cocina. Kel, lavaba los cubiertos. Cogí un sartén y una cuchara y salí de ahí. Llegué dónde Terry que seguía bastante dormido.  Me pusé algo cerquita de él y comencé a golpear muy fuerte el sartén. Terry dió un brinco provocando que callera de la cama y maldijo. —¡Mierda Drey! ¿Que te pasa?—gritó. No podía quedarme ahí porque ya sabía lo que venía. Asi que salí corriendo hacia dónde estaba Kel para que me defendiera. Terry venía tras de mí. —De esta no te salvas—Amenazó. Llegué a la cocina y me puse detras de Kel. No paraba de reír a carcajadas... Fue gracioso verlo caer. —¿Que pasa?—preguntó Kel. —Terry me quiere atrapar—dije con carita de Yo no hice nada. —Kel, apártate—dijo Terry. —No—respondió Kel cruzando los brazos. —¿Porqué mierda hiciste eso, Drey?—pregunto Terry. —Perdón, ¿si?... Es que nos tienes que ayudar a limpiar—dije. —¿Solo por eso me levantaste con esa agresividad?—preguntó —Si, porque nunca despertabas—Asentí mientras salía del escondite en el que estaba. Me dirigí hacia él con mucho cuidado, y lo abracé muy fuerte. Ya saben, de esos abrazos que dejan sin aliento; últimamente fincionaban muy bien para pedir disculpas. —Perdón, perdón, ¿si?—dije mientras seguía abrazándolo mientras él trataba de zafarse. Obviamente él era mucho mas fuerte que yo y lo logró. —¡Ya, Drey! esta bien, solo por esta vez te la paso—dijo tomando una taza de café y sentándose en la barra. —¡Agh, te amo!—le grité y el rió. Salí de la cocina para seguir haciendo lo que dejé a medias. A veces él y yo peleamos mucho pero nos queremos. Sé que él me quiere, solo que es un poco reservado a la hora de ponerse sentimental. Así pasé todo el día haciendo el que hacer de la casa y lo mas extraño es que Terry ayudó. Por fin terminamos. Este trabajo era muy pesado. Estabamos agotados. Ni nos habiamos duchado. En la casa había solo un baño y ya era tarde. Casí era de noche. —Tengo que ducharme!—exclamó Terry. Kel y yo nos lanzamos miradas y luego Terry se unió a ellas. Sabíamos lo qué estábamos diciendo en esas miradas. Yo me quería duchar primero, estos dos dilatan siglos en la ducha. Los tres salimos corriendo hacia el baño. Terry me jaló y luego yo lo jalé. Llegamos a la puerta y los tres estábamos luchando para entrar primero. —Ustedes dilatan, dejenme a mi—Rogué. —No, tú y Terry son los que dilatan, ¡yo voy primero—añadió Kel haciendo puchero. Por desgracia Terry era el más fuerte y nos apartó; él se había metido primero al baño. —Agh, te odio!—Le dijimos Kel y yo al unísono. —¡Las amo!—gritó Terry en tono de burla. Las dos estábamos frustradas y nos alejamos de allí hacia nuestras habitaciones. Después de un rato ya nos habíamos duchado. Se sentía bien. Estaba Relajada. Escuché que tocan el timbre y me dirigí a la puerta. —¿Ethan? ¿Que haces aquí?—pregunté. —Te dije que vendría. —Pasa. Nos sentamos en el sofá y nos pusimos a ver películas. Criticando a los actores, lanzando palomitas al televisor cuándo una escena no nos gustaba. Hasta que él se fue porque ya era tarde. Llegué a mi habitación porque estaba muy cansada, el día de hoy fue cansado. Caí dormida al instante.  ~*~ Al día siguiente escucho que tocan la puerta. —¡Drey, soy yo!—dijo Kel. —¿Quién es yo?—pregunté. —¡Agh, pues yo!—respondió. Estaba carcajeándome en silencio. —Por eso, ¿quién es yo?—volví a preguntar. Abrió la puerta y me dió un almohadazo. Auch. —Te buscan—dijo con una sonrisa en su cara. ¿Quién será a esta hora? Es domingo y son... Las siete. —¿Quién?—pregunté aplastando mi cara en la almohada. —¡Ethan!—dijo picarona. ¿Él aquí? ¿A esta hora? hoy lo mato. Bajé hacia él con la misma cara que le puse ayer de querer asesinarlo. El rió. ¿Es gracioso verme recién levantada? A la próxima me miro al espejo. —¿Qué haces aquí? Y a esta hora—pregunté acostandome en el sofá. —Te traje esto—dijo mientras elevaba su mano hacia mí. ¿Un peluche? —Gracias... Supongo—Agradecí. Era muy extraño. Ya venía dos veces que me traía cosas. Me sentía rara. —Deberías quitarte esa pereza y cambiarte—Añadió. —¿Por?—pregunté frunciendo el ceño. —Te llevaré a un lugar.. .Solo no preguntes. Es una sorpresa. Esto es muy raro; Ethan invitandome a mí un domingo por la mañana, a horas prohibidas para la salud humana. ¡Raro, raro! Aquí hay gato encerrado..
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR