-Llegamos —Apagó el motor de la moto, pero yo tenía cerrado los ojos. Los cerré cuando pasó una curva y vi como la moto se inclinaba pensando en qué íbamos a caer, pero no pasó. Mi corazón iba al mil por hora de lo feliz que me hizo sentir estar viva. —Estamos vivos. —Susurré solo para mí. —Abre los ojos. —Me instruyó. Lo hice y vi que estaban estacionados en Delicious , el restaurante más Cool y chic del pueblo que normalmente era frecuentado por todo tipo de edades. Era famoso por su rica comida, pero también tenía un costo elevado que cualquiera pagaría por probar una de sus delicias. -¿Delicioso? —Le pregunté. —¿Comeremos aquí? —Eran como las dos de la tarde, y moría de hambre. No me iba a hacer del rogar en que me trajera a este lugar, pero tampoco quería que gastara en mí. No nos