(Narra Dante Weiss)
― ¿Dónde dices que están? ― Le pregunté a Konrad por teléfono. El y Dania ya llevaban un mes fuera y no había señales de que ya quisieran volver. Me dijo el nombre del lugar pero yo no lo entendí. ― No te entiendo ni mierda.
― ¿Qué hay del intruso? ― Me preguntó luego de un breve silencio.
― Aun no saben de quien es el cuerpo. Y por ahora no ha vuelto a aparecer, se esfumó.
― Puedo regresar….― Se ofreció.
― No me jodas, Konrad. Estas de viaje con tu esposa. Ni siquiera yo volvería.
Konrad se despidió de mí y me envió los saludos de Dania para mí, Annie y Bree. No le preocupaba su cafetería ya que sabía que estaba en buenas manos.
Ese día iba a ocurrir algo sin precedentes. Annie iba a participar en un torneo de voleibol con la jodida Bree. No quería aceptar
