(Narra Annie Rowan) ― Conejita, tu prima aun no me agrada del todo, pero ahora puedo entenderla un poco. ― Entrelazamos nuestras manos y continuamos avanzando por toda la costa. ― Ella no es mala. ― No estaría tan seguro. ¿Tú sabes lo que hizo? Negué con la cabeza. ― No. Y no quiero preguntar. ― Te da miedo, ¿o no? ― Yo esbocé una media sonrisa. ― No. Ella es mi prima, la conozco desde pequeña. ― Dante se detuvo y me miró con seriedad. ― No porque conozcas a alguien de muchos años, significaba que sepas todo sobre esa persona. Hay personas jodidas. Nunca sabes lo que te vas a encontrar. ―Yo asentí y la imagen de Adolph se me apareció. Tuve escalofríos y Dante lo notó. ― Tranquila, ― Dijo mientras me rodeó con los brazos. ― ya nadie te hará daño. Yo estoy aquí. ― Lo sé. ― Dije y le