Danna Garrido —Gael —digo tomando sus labios entre mis dientes y uniendo mí frente a la suya. —Vamos a comenzar el juego. Sus ojos azules me miran fijamente y me corresponde de inmediato fundiendose conmigo en un beso dulce pero corto que me dejó con ganas de mucho más. Abro los ojos lentamente y puedo ver cómo los suyos continúan cerrados suavemente como si besarme fuera lo mejor que le haya pasado en su vida, como si me amara realmente y de verdad me haya extrañado tanto como yo a él y de repente muchos recuerdos amargos me inundan la mente. Especialmente ese día que se fue. Una punzada en el pecho me toma desprevenida que ahogo de inmediato en un corto suspiro antes de armarme de valor y tomar la llave que había puesto en la mesita de noche y desbloquear las esposas rápidamente si