Gael Moya.
"¿Qué esperas? Ve junto a ella —me indica mí conciencia cuando llevamos casi un minuto sin reaccionar ninguno de los dos.
Lo hago.
Camino hasta ella muy despacio con el corazón latiendome en la boca y con unas ganas enormes de llorar como nunca antes lo había hecho.
—Danna... —repito suavemente colocándome a sólo un centímetro de ella. —Mi enana.
Me mira. Sus ojos están aguados y su mandíbula comienza a dar pequeñas sacudidas sin desviar su mirada de la mía.
Me agacho hasta su posición y rodeando sus nalgas con ambos brazos la levanto hasta que nuestras frentes quedan niveladas. Y sin poder retenerlo por más tiempo mis lágrimas comienzan a salir.
—Danna, yo... —empiezo diciendo pero los nervios me ganan y la voz se me corta por completo.
Cierra los ojos con fuerza cuan
