A la mañana siguiente, Millie fue a la empresa Walker Textiles con el corazón en un puño, había decidido llegar más tarde de lo habitual, sabiendo que Logan probablemente ya estaría en su oficina. Lo único que Millie llevaba consigo era un sobre que contenía su renuncia, pues ella no tenía duda de que Logan iba a despedirla, pero antes de que él tuviera la oportunidad de hacerlo, quería adelantarse y renunciar por su cuenta, de modo que, de pie frente a la puerta de su oficina, llamó con ansiedad, y cuando su voz le indicó que entrara, lo hizo. Logan estaba sentado detrás de su escritorio, concentrado en algo en la pantalla. Durante los dos años que había trabajado para él, Millie se había acostumbrado a verlo con ojeras, pero en las últimas semanas se había vuelto aún peor, siempre par