—¿Por qué está tardando tanto? —gruñó Logan a Alden, quien estaba sentado en la silla de visitas junto a él. —Discúlpame si sueno demasiado inteligente, pero como estamos en un hospital, probablemente esté atendiendo a algunos pacientes, no seas tan impaciente —respondió Alden con sarcasmo. Logan le lanzó una mirada fulminante y siguió revolviéndose en su impaciencia, unos minutos después, la puerta se abrió y la doctora en cuestión entró en la oficina con paso ligero. —Perdón por la demora, hubo una complicación con un paciente que requirió mi atención —explicó mientras se dirigía a su asiento. Alden sonrió con autosuficiencia y le dirigió a Logan una mirada de “te lo dije” antes de volverse hacia la doctora. —No hay problema, doctora, los pacientes son lo primero. —Gracias —la doct