La habitación se sumió en un silencio asfixiante después de que Anisa pulsara “reproducir” en su teléfono y comenzara la grabación de voz. —¿Recuerdas cuando fui arrestada? Tú y tu cómplice me tendieron una trampa y terminaron metiéndome en la cárcel. Pasé tres días en la misma celda fría y desnuda, y ni una sola persona vino a visitarme —se escuchaba la voz de Anisa. —¡Yo no tuve nada que ver con tu arresto! —respondía Karoll—. ¡Eso fue cosa de Linda! —¿Igual que lo que me hiciste la noche de mi boda también fue plan de Linda? —Sí, tienes que creerme, Anisa, yo no quería hacerlo porque nunca quise hacerte daño, pero ella me obligó, no sé cómo logró convencerme. Anisa, pude haber dejado que ese hombre te violara, eso era lo que Linda quería, pero no lo hice, yo le advertí claramente qu