Me estaba cansando de ignorar a Annie en el castillo, en la academia, en cada lugar en el que coincidíamos, sentía que ya no podía más pero tampoco podía aceptar tan fácilmente que estaba perdidamente enamorado de ella. — Eres igual que tu padre. — comento mi tía Maddie mientras yo vigilaba los pasos de Annie desde la distancia. — ¿Por qué temen que una chica pueda rechazarlos? Hay dos opciones, sabes. — la mire. — una sería que se lo dijeses y ella se sintiera igual y la otra es que ella no te quisiera más que como un amigo. — se encogió de hombros. — Maddie, no le des esos consejos, puede dañar una amistad de mucho tiempo. — interrumpió Zack. — No necesito sus consejos. — coloque ambas manos en mis mejillas, exasperado, no sabía qué hacer. — dejaré que el tiempo pase. — Cr