Dean/ Elección equivocada.

1606 Palabras
Estábamos todos reunidos, inclusive nuestros abuelos Liam y Lauren, ellos siempre estaban presentes en cada reunión que nos implicará, nos amaban, tanto como nosotros a ellos. Tenía una gran preocupación, los protectores de mi hermana Annie, por Loa y Roy no me preocupaba, sabía que tomarían la mejor decisión, siempre lo hacían. — Bueno, hijos. — hablo mi madre, ella se refería incluso con esa palabra para llamar a Roy, y era así, Roy era un buen amigo y primo aunque no lo fuese de sangre. — ya saben como funciona esto ¿No? — todos asentimos. — bueno, ¿Quién va primero? ¿Que tal tu Annie? — Annie se encogió de hombros, odiaba su actitud desinteresada. Mi madre se acercó a ella y tocó su mejilla. De inmediato dos expedientes se apartaron de los demás, mi madre camino hacia el escritorio y los tomo, abrió la primera carpeta y negó con la cabeza, Annie lo había dicho y tratar de convencer a Annie de lo contrario era casi imposible, prosiguió a abrir el siguiente y soltó un suspiro rendida. Todos miramos a Annie decepcionados. — ¡¿Qué?! Todos ustedes sabían que lo haría. — se cruzó de brazos. — es absurdo que se enojen conmigo si siempre es lo mismo. — se quejó. Aunque su justificación fuera como admitir su culpabilidad. — No te preocupes hija, sólo tú verás la repercusión de tu decisión. — dijo mi madre. — ¿Quién será el siguiente? — alce la mano, ya quería salir de esto. — vale. — sonrió. — mis hijos mayores primero. — se acercó a mí e hizo el mismo procedimiento que anteriormente había empleado con Annie. Dos de las carpetas se apartaron nuevamente, la decisión había sido muy difícil, habían muchas criaturas poderosas y sólo tenía que elegir dos. Mi madre abrió la primera carpeta e hizo un gesto de asombro, por un momento llegué a pensar que por equivocación había elegido a mi protectora. — Tormenta. — dijo impresionada. — has elegido a una vampiresa con un don especial, ¿Por qué has escogido a una criatura de tu misma especie? — pregunto curiosa. Mi padre nos había enseñado a pocos de los entrenados del ejército de vampiros y aquella chica me llamó la atención así que decidí que ella sería mi protectora pero no porque quisiera que cuidara de mí o algo por el estilo sino que su rostro y sus tan marcadas curvas me enloquecieron al verla, era hermosa, de un cabello n***o hasta más abajo de su espalda, sus ojos eran de un verde claro hermoso y era casi tan alta como yo, tenía un rostro angelical, aunque se veía tierna y malvada a la vez, quizá eso fue lo que más me gustó, aunque ahora que mi madre decía su nombre me parecía más interesante ¿Por qué se llamaba así? —¿Por qué se llama así? - pregunté confundido. Mi madre río. — Sabía que la habías elegido porque te gustó, pues, querido hijo, está chica no se llama Tormenta pero así la apodan. — camino hacia a mí. — la última vez que la vi fue en la batalla contra Harol, ella puede manejar los rayos y al mismo tiempo causar una tormenta pero su alías no viene simplemente de ahí, el genio de esta chica es increíblemente molesto, dominante, demandante, intolerante, desconfiada... — mi madre río nuevamente. — toma. — me entregó la carpeta. — ella es fuerte, pero al igual que ella es fuerte, su carácter también. — mi madre se alejó con un rostro de picardía y tomó la siguiente carpeta. Abrió la carpeta e intento aguantar una sonrisa pero al final estalló en carcajadas, quizá debía ser que me había tocado el ángel más amargado del cielo, no aguante la curiosidad e intente leer la mente de mi madre, cosa que no se pudo por que ella sabía cómo proteger su mente, arqueo una ceja en mi dirección advirtiéndome, deje de intentar leer sus pensamientos y baje el rostro, mi dones habían sido heredados de los mellizos, mi padre y mi tío Adrien a quien también le había heredado el nombre, de mi padre había heredado el don de crear alucinaciones en cualquier ser mágico o humano. — Madre, ya dime. — supliqué, la duda me carcomía. — Es una buena chica, pero lo que me causa gracia es que has escogido a dos chicas muy contrarias, Ailyn es amorosa, comprensiva, amable, sociable, y todo lo bueno que pueda haber pero Tormenta no, ya creo yo que Tormenta debió haber sido un demonio en su otra vida. — sonrió. — aún así has elegido bien. — asentí, ya me sentía más aliviado. — Yo seré el siguiente. — hablo Roy antes de que mi madre pudiese preguntar. Mi madre asintió y prosiguió a hacer lo mismo con él. Camino hasta las carpetas y sonrió con ternura al ver la primer carpeta. — Has escogido a tu tía Maddison. — sonrió, Roy asintió. — felicidades, Maddie a mejorado sus dones y ahora también hace parte de nuestra guardia y ya que es una elemental también tiene sus dones de elemental como ya todos saben. — dijo para luego abrir la siguiente carpeta. — ¿Zack? — pregunto mi madre asombrada. — Me dio buena impresión. — dijo Roy encogiéndose de hombros. Había oído un poco de Zack, a Loa le encantaba investigar sobre nuestros antepasados y viendo que no solamente eramos vampiros, tenía entendido que Zack era un mago elemental supremo, pero su don como elemental supremo se había ido debido a que casi muere apuñalado por Harol en el pasado, ahora según había escuchado su elemento principal era el fuego y había podido recuperar la habilidad con sus elementos pero no era lo mismo ya que su poder era menor al que solía tener, pero aún así, él había entrenado desde que era niño y sabía muchas cosas que nosotros no, Roy había elegido muy bien y aunque lo había visto descubrir a sus asignados los ignoro, creo saber por qué: Roy estaba tan enamorado de Annie así que le era imposible ver o si quiera sentir aquello por alguien más, por mi parte había corrido con suerte por que mis asignados no estaban en ninguno de esos grupos. — Elegiste muy bien. — dijo mi madre con una sonrisa. — Ahora no nos queda nadie más que mi pequeña princesa Loa. — vi a Loa enrojecer, no sabía si estaba nerviosa o avergonzada, ella siempre era un misterio pero siempre tomaba buenas decisiones a pesar de su corta edad. Mi madre se acercó y tocó su rostro de inmediato, las carpetas se apartaron, se dirigió hacia el escritorio y tomó las carpetas, abrió la primera y su ceño se frunció de inmediato, miró a Loa y negó con la cabeza, mi mirada de inmediato se dirigió a Annie que sonreía intentando no ser descubierta, seguramente ella había interferido en la decisión de Loa. Mi madre camino hacia Loa y la miro fijamente. — No creí que fueses a decepcionarme, Loa. — Loa bajo el rostro avergonzada. — ¡Royer! — suspiro. — le había advertido a Annie que no eligiera a sus asignados, y tú también lo haces. — mi madre estaba siendo dura cuando ya sabíamos quien era la culpable. Sin poder evitarlo me acerqué a Annie furioso. — ¡Tú la hiciste elegir esto! — grite, la cara de impresión de Annie me decepcionó, creí que reiría pero no. — ¡Siempre tienes que llamar la atención! — sin darme cuenta Annie quito la gravedad de mi espacio y quede pegado al techo sin poder hacer gran cosa. — ¡Annie! — grito mi madre. — baja a tu hermano de ahí. — ordenó después de que la fulminará con la mirada. — ¿Por qué siempre tiene que ser mi culpa? — de repente la gravedad volvió pero antes de caer al suelo detuve mi caída con una ráfaga de viento. — Loa nunca deja que nadie interfiera en sus decisiones. — mi madre se acercó nuevamente a Loa, yo preferí hacerme a un lado e ignorar a Annie. — ¿Puedo? — le dijo mi madre a Loa mientras extendía su mano para tocar su rostro, Loany asintió. Nuestra madre tocó su rostro y luego se alejó con un rostro de evidente enojo, mi madre no solía enojarse. — Madre, todo lo decidí yo. — por fin hablo Loa excusándose después de haberse mantenido en silencio. — Nadie más. Yo siempre tengo que hacer lo correcto, para todos tengo que ser perfecta. — dijo desanimada. — El problema no es ese, Loany. — dijo mi madre con seriedad. — Royer te ha manipulado y esto merece un castigo, Jonas debe ser enterado. — Loany negó frenéticamente con la cabeza. — Madre, se supone que es mi asignado. — dijo mi hermana en su defensa. — manipular mis decisiones a su favor es su trabajo, no puedes informar que está haciendo bien su trabajo. — argumento mi pequeña hermana. — Hija, se había pedido que ninguno de sus asignados interfiera en su decisión. — dijo mi madre con seriedad. — tienes hasta mañana para meditarlo tú misma y si Royer vuelve a interferir en tu decisión, le informaré a Jonas para que reciba su castigo. — Loany asintió. — ya se pueden retirar. — dijo mi madre volviendo a su escritorio con gesto serio. Yo esperé hasta que todos salieran, debía hablar con mi madre acerca de mi hermana melliza, ella era un gran problema.
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