Blue/ ¿Esteban o Adrien?

1680 Palabras
Mis deberes y responsabilidades ahora eran demasiados, maestra y directora en la academia, reina de los vampiros, madre de tres hijos híbridos, líder junto a Nick de la manada de licántropos, no es que no pudiera con todo ello pero con tanto por hacer mi tiempo era limitado, desde hacía unos meses estaba teniendo pesadillas, veía aquellos ojos rojos que siempre me atormentaron junto con esa sonrisa torcida y escalofriante ¿Cómo era posible que Harol se apareciera aún en mis sueños? Mi familia estaba bien pero ese mal presentimiento no se iba de mí y sabía que no era la única que lo presentía, Annie solía tener visiones pero las ignoraba, a ella no le gustaba ver lo que iba a suceder, mis hijos poseían aquel don pero ninguno lo sabía ya que se presentaba cuando sentías un apego muy fuerte por algún allegado, no sabía por qué en Annie se presentaba pero suponía que era por Roy, él la apoyaba en todo y siempre estaba corriendo peligro gracias a mi hija y a su frecuente empeño de hacer lo que ella diga. - ¿Estas bien? - pregunto Adam quien revisaba unos archivos. Él reinaba junto a mí, aunque la mayor parte del tiempo los deberes del castillo estaban en sus manos, yo por otro lado me ocupaba de los demás mientras él y Deán hacían lo que podían en el castillo, aunque también debía agradecer a Cárter por su esfuerzo en que todo el castillo permanezca seguro para quienes lo habitamos. - Estoy bien. - respondí seria. - Sigues pensando en la decisión de Loa. - dijo aún sin verme y con la atención puesta en una de tantas carpetas que se encontraban en mi escritorio. Negué con la cabeza. - Hablé con Deán y Loa hizo su elección sin que nadie interfiriera en ella. - Adam me miró un segundo y luego sonrió tiernamente. - ¿Entonces que es lo que le preocupa a mi hermosa reina? - Adam había cambiado tanto que a veces me era difícil creerlo. - Es ese sueño Adam. -suspire. - aunque trato de ver su futuro sólo veo oscuridad y nada más, quizá me este volviendo loca, yo misma acabe con él y su cuerpo fue incinerado. - lo mire con preocupación. - Quizá sólo estás cansada. - dejo los documentos en el escritorio y se acercó a mí, acarició mi mejilla y besó mi cabeza. - deberías descansar, yo me encargaré de todo. - dijo posando su otra mano en mi hombro, le mire. Había algo que yo no le había dicho aun, nunca tuve el valor para contarle a Adam sobre Esteban, la verdad es que cuando supe su nombre perdí cada esperanza aunque todo lo que hacía, sus gestos, su mirada, su sonrisa, esos ojos verdes atrapantes, su cabello n***o como el carbón, todo me recordaba a Adrien, aunque ese chico fuese un mago, algo que tampoco me había convencido de que fuese él. - En momentos así desearía poseer el don de mi hermano. - dijo sacandome de mis pensamientos. - ¿En qué piensas? - pregunto curioso. Justamente en tu hermano. Baje el rostro y suspire, me levanté de mi asiento y caminé hasta la puerta, puse el seguro y entrelace mis manos en busca de las palabras correctas, Adam me veía atento. - Hay algo que no te he dicho porque no lo creí importante, no se lo he dicho a nadie. - el rostro de Adam indicaba que se encontraba confundido. - hay un profesor... - los ojos de Adam se abrieron como platos. - ¿Te gusta alguien más? - pregunto confundido. - ¿No crees que ya tienes suficiente conmigo y Nick? - pregunto preocupado, negué rápidamente con la cabeza pero al parecer él lo mal interpretó y su rostro se veía más que confundido. - Espera Adam, no es a eso a lo que me refiero. - su rostro se relajó al instante. -Al menos dejame terminar y no supongas nada. - él asintió, serio. - ese profesor es un mago elemental pero es tan... - Adam me miró curioso. - es mejor que te lo muestre. - suspire. Caminé hacia mi escritorio nuevamente, abrí un cajón que siempre estaba con llave, nunca dejaba que nadie se atreviera a ver lo que ahí guardaba, saque un libro de dibujos donde empecé a dibujarlo, se lo tendí a Adam y él lo acepto confundido, hice un gesto para que lo abriera y así lo hizo, empezó a pasar las páginas sorprendido. - ¿Has estado dibujando a Adrien en secreto, es por eso que mantenías este cuaderno bajo llave? - negué con la cabeza. - escucha Blue. - dejo el libro sobre el escritorio y posó ambas manos en mis hombros para luego mirarme con tristeza. - yo también quisiera tener a mi hermano aquí pero el destino lo quiso así. - suspiro. - se que también ha sido difícil para ti pero lo mejor es que borres sus recuerdos y dejes de aferrarte a él. Se que tú lo hubieras elegido antes que a mí y que gracias a él tú me diste una oportunidad, pero déjalo ir. - lo mire confundida, ¿Acaso no me había escuchado? Quite sus manos de mis hombros. - ¡¿De que hablas?! - grite. - eso no ha sido producto de mi imaginación, mis visiones acerca de Esteban están ahí, él es real, al principio también creí que el destino me jugaba una mala pasada pero me he acostumbrado a él, aunque me resultó difícil. - explique, pero su rostro seguía teniendo la misma expresión de confusión. Él seguía incrédulo. – Es que... ¡Escuchate! - dijo preocupado. - hasta le has cambiado el nombre... -Adam suspiro rendido al igual que yo. - Ven. - pedí. Sus ojos me miraron por un momento mientras se dirigía rendido hasta mí. - puedo mostrártelo, si así lo deseas, sólo si me crees podré contarte acerca de mis visiones porque todo, todo lo que está pasando ahora y lo que sucederá después rodea a Esteban. - Adam suspiro pero al fin me tendió su mano. Compartí muchos de mis recuerdos en la academia en donde me encontraba cerca de Esteban e incluso le mostré dichas visiones donde él estaba en su casa y le ocurrían pequeños accidentes. Al salir del trance Adam me miró confundido. - ¿Por que tienes visiones y recuerdos de Adrien en lugares donde nunca ha estado? - dijo confundido. Rode los ojos, era tan terco que se negaba a creer, eso explicaba por que Annie era así, igual que su padre. - Si te niegas a creer puedo llevarte con él, te lo presentaré. - Adam aún confundido asintió. Me concentré en ver la ubicación de Esteban y luego tome la mano de Adam llegando a la academia. Muchos de los profesores me miraron confundidos, hoy era mi día libre así que no tenía por qué venir. - Buenos días profesora. - me saludo Becher. - Oh, veo que viene con su esposo. - dijo dirigiendo su vista a Adam y luego a mí. - Disculpé señor, no lo note, buenos días. - lo saludó devolviendo su mirada a Adam, quién respondió con un asentimiento. - ¿Puedo ayudarles en algo? - pregunto. - Si Becher. - dije seria. - el profesor Esteban, ¿Donde se encuentra? - pregunté. Becher se quedó pensativo por un momento. - Creo que está en el patio trasero ayudando a algunos elementales nuevos. - agradecí y rápidamente corrí con Adam de la mano hacia el patio trasero de la academia. Ahí estaba, Esteban manejaba el fuego a su antojo y daba indicaciones exactas a sus estudiantes para que no salieran lastimados con su elemento principal, ya que ese era su elemento, él era quien se encargaba de entrenarlos, por mi parte podía entrenar a cualquiera pero mi clase se basaba en enseñar los hechizos más importantes dependiendo del nivel del mago. - Es increíble. - comento Adam a mi lado. Sus ojos reflejaban un velo de emociones. Al parecer Esteban noto nuestra presencia y decidió dejar a sus estudiantes practicando no sin antes advertirles que tuviesen cuidado, se acercó a nosotros con su típica sonrisa. - ¿Como está Blue? Tenía entendido que hoy era su día libre. - dijo confundido. Su mirada se poso en Adam - ya veo, hoy viene en compañía, y como nuestra líder... - hizo una reverencia haciéndome reír. - Esteban, él es mi esposo Adam. - dije jalando el brazo de Adam para que quedara a mi lado. - Es un placer su alteza. - dijo cordialmente inclinándose en una reverencia. Adam no dejaba de verlo confundido. - Es increíble. - musitó Adam. Parecía no tener otro pensamiento. - ¿Qué sucede? - pregunto Esteban confundido. - Nada. - dije para luego sonreír. - mi esposo no se siente bien. - mentí. No era el momento para contarle nuestro secreto a Esteban. - Oh, puedo llamar a un elemental de agua, si quieres... - Adam y yo negamos con la cabeza rápidamente. - está bien. - sonrió. - aún qué usted también podría curarlo... - sonaba confundido, sabía que ocultabamos algo. - No te preocupes, es que no le gusta la teletransportación. - mentí. - siempre se pone así. - sonreí. Debía darle una buena excusa, Esteban sabía cuándo alguien le mentía. - Bueno, entonces me retiro. - sonrió amablemente. - hasta luego. - se despidió aún con una sonrisa en el rostro. - No quería mezclarlo en todo esto, pero quizá hay algo que yo no sé acerca de la magia de los magos. - Adam me miró confundido. - posiblemente también puedan ceder su magia como lo hacen las brujas... Esa incógnita me había estado molestando desde el día que conocí a Esteban, él parecía ser humano aunque nunca me había atrevido a tocarlo, parecía sólo ser un mago, el hecho de que no fuese un vampiro también descartaba la idea de que él fuera Adrien.
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