Brittainy Stewart Enfrentarme a George Rimmer no fue sencillo, pero debo admitir que fue demasiado satisfactorio ver cómo se marchaba derrotado, prometiendo desquitarse. Ellos no conocen esta nueva faceta de mí, que incluso no deja de sorprenderme a mí misma. Durante todo ese encuentro y mientras estuve en la empresa, sentía que respirar me era el doble de difícil de lo que es desde que él se fue. No podía quedarme, prometí volver más serena, más tranquila, al día siguiente, reuniendo de nuevo a la junta directiva y al personal para presentarme con mi nuevo cargo y saber los balances y proyectos actuales de la empresa. Ahora, voy rumbo a casa en el auto de Peter porque él ha insistido en llevarme. —Eso estuvo muy bien allí dentro —me felicita con una sonrisa—. Tú realmente eres de te