Christine de Rimmer.
El tiempo que estuvimos en la habitación no fue demasiado, pero fue suficiente para que Mason me hiciera sentir peor. Porque no solo fue que me ignoró, es que él hizo como si yo no existiera. Ni siquiera me dirigió una mirada, porque, por supuesto, no soy digna de una mirada de Mason Rimmer.
Aunque sus padres no lo dejaron hablar demasiado y la visita fue más rápida de lo que pensé, porque según su médico tenía que descansar, fue suficiente para demostrarme una vez más, lo poco que le importo.
Todo está puesto en marcha. Hoy en la noche deberíamos estar volando de vuelta a Nueva York con todo el equipo que puede necesitar Mason, es una decisión arriesgada, pero su padre cree que vale la pena el riesgo.
El vuelo nos llevará la mayor parte de la noche y según escu
