Brittainy Stewart. —Jamás diría que usted está loco, señor —exclama Mason, negando con la cabeza. Giro los ojos al ver en Mason al manso muchacho que quiere mi padre ahora mismo. —No me llames señor, solo dime Ben —pide mi padre con su expresión más firme, y ya se había demorado. —Solo si usted me llama Mason. La rápida respuesta de Mason me hace reír, dentro de todo. Porque me imagino que debe sonarle raro este constante apellido que, no dudo, quiere dejar atrás de vez en cuando. —Me gusta más Mason Rimmer, es como más formal —replica papá, mirándolo pensativo y rascando su barbilla. Pero, de pronto, se levanta de su lugar con entusiasmo y lo señala, para que lo siga—. Pero tienes razón, muchacho, voy a decirte Mason. ¿Quieres huevos estrellados o revueltos? Su pregunta la hace