Pongo un plato de pizza en la mesa y le sonrío al cliente para después darme la vuelta y dejar de sonreír. No estoy de humor. Tengo una nube negra encima de mi cabeza y estoy a punto de mandarlo todo a la mierda. Mi padre se había puesto en contacto conmigo y yo había colgado el teléfono en el momento que me enteré quién era. ¿Cómo se atreve a llamarme? No necesito nada de él, ya no. No sé la estúpida idea que tenía antes de querer encontrarlo y hablar con él, pero ahora podría coger a su familia e irse al Congo. - Estás de muy mal humor, ¿Qué te pasa hoy? Un tranquilo Dave apoyado en la barra hace que me gire y mire a mi alrededor, no hay mucha gente hoy. ¿Qué me pasa? Si apartamos un momento el tema de mi padre, hay algo que me tiene aún más nerviosa, preocupada o a punto de echarm