Muerdo el capuchón del bolígrafo una y otra vez porque estoy nerviosa. Recuerdo exactamente en qué parte de los apuntes está lo que me está preguntando pero no recuerdo nada de lo que pone. Me exprimo el cerebro como si fuera un limón intentando que llegue la inspiración divina para poder señalar la pregunta que me queda. Decido arriesgarme y señalo la que más creo que es para luego dejar el examen encima de mi escritorio y recogerlo todo. Salgo, viendo como Eric también se exprime los sesos y suspiro cuando salgo a los vacíos pasillos de la facultad. Decido ir a la cafetería y le envío un mensaje a Eric informándole que estoy allí. Me pido un café y cuando me giro, el entrenador está allí. Me asusto y sonrío nerviosa. — Me ha asustado. — Lo siento, no era mi intención. ¿Puedes ponerm