La verdad es que no sé muy bien cómo ha sucedido todo. Unas burlas por aquí, unos insultos por allá y los chicos saltan unos contra otros como rinocerontes. Tampoco sé cómo me vi metida en medio de todos esos musculosos cuerpos que sueltan adrenalina, balanceándome entre unos y otros como si fuera una muñeca. Tengo que decir que en otra ocasión, me hubiera gustado y todo, pero no cuando los puños vuelan por encima de mi cabeza. Ha empezado Indiana, por supuesto, las cervezas de más les ha afectado a todos y no han podido controlar su lengua, mucho menos sus puños, por lo que han ahuyentado a la gente que se encuentra en el bar y seguramente el camarero ha llamado a la policía. Intento separar a los cuerpos que se interponen en mi camino hacia la salida, donde voy a intentar salir corr