Miro a Ethan, que mira a su alrededor y su mirada se termina encontrando con la mía, por lo menos no me he quedado sola. Él coge mi mano y tira de mi hacia la barra. Tengo que tirar un poco de su mano para que no vaya tan rápido porque apenas puedo andar ya con los tacones. Me apoyo en la barra a su lado y lo veo pedir algo, no sé el qué, pero sé que ha pedido dos porque ha levantado sus dedos. Estoy a punto de mandar los tacones a freír espárragos cuando un vaso pequeño se pone frente a mí. Miro a Ethan y este levanta el suyo. Bueno, por lo menos está pagando él, ya que ahora mismo no sabría ni coger la cartera. Cojo el vaso y lo choco con el suyo. El líquido pasa por mi garganta y carraspeo cuando empieza a quemarme. — ¿Bailamos? —Pregunta. ¿Bailar? No me da tiempo a contestar cuan