Los rayos del sol dan con fuerza sobre mi piel y aunque me gustaría no estar escuchando nada, no me queda más remedio que aguantar el barullo que hay en la piscina del hotel. Me encanta el silencio y la soledad. Ninguna de mis compañeras es capaz de quedarse todo un fin de semana sola en casa yo estoy deseando que se vayan para poner lo que quiera en la televisión, abrir una botella de vino y leer alguna novela en w*****d. No me malinterpretéis. Adoro a mis compañeras de piso y mi paso por la universidad no sería lo mismo sin ellas, pero, ¿me encantan esos momentos? Sí. — Ahí viene Sienna —dice Eric. Abro los ojos y veo a mi amiga dirigirse hacia nosotros en su bonito bikini rosa palo. Ella nos sonríe con una pajita en su mano porque la que tenía su mojito se ha caído al suelo, o bue