Salgo de su oficina furioso porque una vez más ella pasa de mi como si nada. Esa mujer ha estado en mi mente por poco más de un año. Yo estuve en su entrevista de trabajo, aunque ella no se hubiese dado cuenta. Lo primero que me impactó de ella fueron sus increíbles ojos, uno de un color azul verdoso, un color único como ella, el otro de un café combinado con el color de la miel.
Luego la seguridad de voz y el latente anhelo de trabajar en mi empresa. No dude en contratarla y no me arrepiento de mi decisión, porque ha demostrado tener un talento que muchas personas desearían tener. Su primera prueba fue su propia oficina, aunque en un principio no se le informó que fuera su oficina, pero cuando la terminó fue muy propio de ella, ese lugar es muy ella y siempre desde aquel primer día me encontré estar allí.
Pero su proyecto más impresionante fue el de una casa en Bristol, la pareja quedó fascinada con la decoración. Valquiria tiene la capacidad de leer a las personas poniendo en sus proyectos características de los clientes. Durante el tiempo que ha estado en la empresa lo ha demostrado, por eso pedí que fuera tomada en cuenta para la gerencia de su área, aunque no tenga la edad ni la experiencia que se requiere.
Cuando subo a mi oficina me encuentro a mi padre esperándome que se levanta apenas me ve entrar.
- Hola hijo – dice abrazándome y yo a él – venía a recordarte la cena con tu novia, ya que tú madre y yo nos volvemos mañana a Washington. – comenta no muy contento mientras me siento frente a él.
- ¿sigue sin gustarte Holly? – preguntó y él niega con la cabeza.
- Es una mujer bellísima y tú madre está más que encantada en que sea tu novia – asiento con la cabeza – pero ella te observa como con signos de dólar en los ojos.
- No voy a casarme con ella – respondo y él me observa con alivio. – está cena es solo por darle gusto a mamá y ya.
- Eso espero – responde mi padre serio - ¿Cuándo te mudas?
- es dos o tres semanas – digo y él me observa curioso - ¿recuerdas que te mencione sobre la vacante de gerencia en el área de decoración – asiente con la cabeza – les puse esa prueba a los tres candidatos.
- una prueba muy sencilla – comenta mi padre, pero me observa fijamente – ya elegiste.
- sí, desde renuncio el gerente – respondo poniéndome de pie para ir al minibar por unos tragos – pero hay un problema.
- Si ya decidiste no veo el porqué de la prueba o el problema.
- ella trabajo hace poco y no tiene la experiencia requerida, pero lo que le falta en experiencia le sobra en talento.
- ¿Quién es? – pregunta mientras le entrego el vaso.
- Valquiria Sainz – respondo y él sonríe
- ¿la que decoró la residencia de los Bristol?
- la misma, ella tiene un talento que pocos poseen – veo que asiente con la cabeza – y la quiero como gerente de área.
- nómbrala y ya.
- quiero que ella decore mi apartamento eso fue lo que se ocurrió – me encojo de hombros y él sonríe.
- ¿es hermosa? – pregunta travieso y yo decido cambiar de tema.
- ¿Dónde vamos a cenar?
Pasó el resto de la tarde con mi padre en la oficina hablando de diferentes temas entre ellos la familia de Holly y de su hermana que cenará con nosotros esta noche. Mientras hablamos pienso en que lo serio que se está convirtiendo mi relación con Holly.
Mi madre está más que encantada con ese noviazgo y es que parecen cortadas con la misma tijera. Son superficiales y clasistas, aunque Holly viene de una familia humilde su trayecto como modelo la ha posicionado en entre una de las mejores dándome un gran estatus. A ella la conocí hace unos meses en una gala que de la cual mi familia era anfitriona. Confieso que me deslumbro su belleza. Rubia, ojos grises, rostro de muñeca y un escultural cuerpo, me enloquecieron y lograron que aceptara esta especie de relación.
Pero tal y como dice mi padre, en sus ojos se ve el signo de dólar cada vez que me ve, cuando le doy joyas o le doy mi tarjeta para que se vaya de compras. Nunca he pensado en casarme, nunca he tenido una mala experiencia o decepción, pero no creo haber nacido con ese gen para ser esposo. Pero si algún día pasa por mi mente esa idea Holly no sería esa mujer.
Cuando llega la hora de la cena, salimos de la oficina rumbo al restaurante. Mientras entramos al ascensor, vamos hablando de la empresa y los próximos proyectos hasta que el aparato se detiene en el piso de diseño y decoración. Cuando las puertas se abren sonrío al ver que se trata de Valquiria que entra sin fijarse que estamos allí.
Me vuelvo a observar a mi padre y noto que la está viendo con curiosidad.
- Buenas noches – digo y sonrío al verla tensarse. No le soy del todo indiferente. Pienso mientras la veo levantar la mirada.
- Buenas noches señor Faragov, señor Spencer – nos saluda sonriendo y al verla siento mi pulso acelerarse.
- Buenas noches señorita... - pregunta mi padre observándola de una forma que no logro identificar.
- Valquiria Sainz – responde ella dulcemente.
- James Spencer – dice sonriéndole de una forma reservada solo para mí – un placer
- El placer es mío – vuelve a sonreírle justo cuando el ascensor se detiene en el estacionamiento – que tengan una buena noche – sin más sale del lugar y camina hacia su auto.
- ¿Qué pasa? – preguntó a mi padre que continúa viendo a Valquiria.
- ¿sabes algo de su familia? – pregunta cuando vemos pasar el auto frente a nosotros.
- Solo tiene a su madre, Kendra Sainz vive en Manchester – respondo recordando lo que ponía en su informe. - ¿Qué sucede?
- Es mejor que nos vayamos, tú madre debe de estar esperándonos – cambia el tema visiblemente preocupado, caminamos hasta mi auto y en instantes nos incorporamos al tráfico rumbo al restaurante. Durante el camino lo veo teclear en su celular, pero no dice una sola palabra.
Cuando llegamos al restaurante el maître nos guía hasta la mesa donde se encuentra Isabel Spencer una mujer con una belleza clásica y que disimula muy bien la edad que tiene, a su lado Holly que me lanza una mirada de reproche.
- Llegas tarde – dice molesta cuando me siento junto a ella.
- No empieces – digo molesto y ella solo rueda los ojos – hola madre.
- Que gusto verte hijo – dice sonriendo falsamente. La cena transcurre entre platica banal e indirectas de mi madre y Holly porque formalicemos nuestra relación. También noto a mi padre pensativo e inusualmente callado. Cuando estamos por terminar de cenar veo a Holly furiosa y disculpándose se pone de pie. Eso me causa curiosidad por lo que la sigo ya que su hermana no se presentó.
- Eres una desgraciada, solo te pedí un favor y no fuiste capaz de hacérmelo – grita furiosa mientras camina de un lado a otro – no eres más que un fenómeno y cuando papá se entere le va a ir muy mal. – sin más cuelga y se da cuenta de mi presencia.
- ¿tu hermana? – preguntó y ella se acerca de forma seductora abrazándome por el cuello.
- Se le presento un inconveniente y no pudo venir, pero en otra ocasión será – sin más me besa y yo la recibo – ¿vamos al hotel? – mi m*****o reacciona a sus palabras y un par de horas después me la estoy follando como un verdadero animal. Pensando en una hermosa chica con los ojos más hermosos que alguna vez he visto en mi vida.