Después de una semana de arduo trabajo y de estar contando los minutos, las horas y los días, por fin llegamos a Atlanta dispuestos a unir nuestras vidas para siempre. Observo a la hermosa castaña a mi lado mirando a través de la ventana del auto la ciudad. Tomo su mano y ella me da un apretón suave, pero sigue mirando por la ventana. Esta semana parece haber sido un sueño, luego de un día lleno de trabajo al llegar a casa ella me esperaba, la hacía mía durante horas y después dormía en mis brazos, pase horas observándola dormir. Durante estos días descubrí que muchos de sus gustos no han cambiado mucho. Sigue tomando su café igual de n***o y amargo, aún no le gusta el café con leche, aún le sigue gustado que su cama este fría cuando se acuesta a dormir entre muchas otras cosas, aunque ta