Capítulo 3.

1556 Palabras
◾ 3: Tonificados y tatuados pectorales◾ —¿Y esta quien es?— preguntó una mujer delgada de cabello oscuro y con vestimenta ostentosa, se veía madura y refinada, una mujer que costaba mucho dinero, —Mi nombre es…— —No te hablo a ti— interrumpió la mujer a Audrey, miró a la señora Xue y esperó una respuesta de ella, —La señorita Miller es la nueva asistente del señor Wong— Aquella mujer sonrió como si le hubieran contado un mal chiste y miró a Audrey de pies a cabeza, —Pues escúchame bien…nueva asistente, mantén tu distancia de mi novio, y que no se te olvide que tú solo eres una empleada, ¿Entendiste?— Audrey ya había pasado por esto anteriormente y aunque se moría de ganas por defenderse, solo se limitó a decir: —Si señora— Aquella mujer sonrió triunfante y tomo su bolso, miro por última vez a Audrey y se fue meneando sus caderas con exageración, —Lo lamento mucho, esa mujer es una loca— se disculpó la ama de llaves, la señora Xue, —¿Vive aquí?— Preguntó Audrey, si era así debía de prepararse mentalmente, —No, ella solo viene ocasionalmente— —Es muy bonita— —Si, y también tiene un genio de los mil diablos, no es la novia del señor Wong, pero ella creé que si, se siente la dueña de este lugar, no le hagas mucho caso— —Ya veo— —Bueno, el señor Wong se levanta a las cinco, está una hora en el gimnasio y toma un baño a las siete, se cambia y luego desayuna, se va de aquí a las ocho y treinta, y no regresa hasta las nueve, a veces incluso no vuelve hasta la madrugada, a veces come y va a su estudio, las sirvientas le ayudan pero...le temen un poco, ya golpeó a dos, así que mantienen su distancia—explicó la señora Xue, —¿A qué le ayudan?— —A preparar su ducha, a escoger sus trajes, a preparar sus cosas para que vaya a trabajar, en general— "Como un niño" pensó Audrey, —Usted le ayudará a partir de mañana— informó la señora Xue, —Bien— —Señorita Miller, si se topa con Charles...mantenga su distancia, él trae mujeres aquí y hace un desorden y no tiene muy buen temperamento...tenga cuidado con él, hay tres guardias que cuidan la casa, y dos que vigilan con cámaras de seguridad, si los necesita llámelos, en los cuartos están unos botones rojos, si no puede llamarlos y está en peligro presione los botones y ellos sabrán en qué habitación los presionaron— —¿Tan peligroso es?— preguntó Audrey un poco incrédula, el señor Dino ya se lo había dicho pero todo parecía un poco…exagerado, —El señor Charles tiene un temperamento muy malo con las mujeres, y con los hombres ni se diga, no es mi intención asustarla, pero si se lo topa, no lo haga enojar— La doble personalidad de Daniel, era un hombre llamado Charles, era lo que Daniel no podía ser, era hablador, era calculador, no tenía sentimientos de empatía, no tenía miedo, no soportaba los insultos, le gustaban las motos, era mujeriego, odiaba la música clásica, le encantaban los tatuajes, y era alérgico a las nueces, le gustaba el whisky, y era sin duda un hombre muy listo. La habitación de Audrey era enorme, tenía una cama matrimonial, un escritorio, una pequeña sala, tenía un baño muy grande y un clóset enorme, el cual no llenaría ni comprando ropa a diario, "esto es mucho", pensó. Su maleta estaba en aquel clóset y su ropa ya estaba acomodada, sus productos de higiene personal ya estaban en el baño, se sentó en la cama y se quedó admirando la habitación por unos minutos, "debo de estar loca" pensó, saco el teléfono de su bolsa y le marco a su madre, —Me dieron el empleo mamá— —¿De verdad cariño?, Que bueno pero...¿cuando vendrás?— —No te preocupes mamá trataré de hacerme un poco de tiempo y te visitaré, ¿Está kiyung por ahí?— —Si, aquí está te lo paso— —Hermana ¿Cómo te fue?— —Bien me dieron el empleó, podré pagar el seguro de mamá, así que no te preocupes por eso, kiyung también podrás volver a la universidad, yo me ocuparé de todo ¿De acuerdo?— —Hermana—dijo una voz con mucho sentimiento del otro lado, —Tengo que irme, cuida a mamá, y cuídate mucho, iré a verlos pronto lo prometo— dijo Audrey y colgó el teléfono, pues estaba a punto de llorar y no quería que su hermano se preocupara, Audrey, tomo una rica ducha y batallo un poco, la ducha nunca había sido tan complicada para ella, había más de dos llaves y dos regaderas, se baño exitosamente y salió del baño envuelta en una toalla blanca y con otra en la cabeza, se puso crema con olor a flores en todo su cuerpo y en su cabello mojado se puso una crema de fresa que ella misma había aprendido hacer, seco su cabello y se puso su pijama, un pantalón rojo y una camisa negra que tenía un estampado de un reloj "hora de dormir" decía con letras rojas. Daniel no llego a dormir esa noche pero no era algo extraño, él no siempre llegaba a dormir, se quedaba en su oficina hasta las 3 de la madrugada y se iba a casa, prefería por mucho estar sólo, Llego a su casa y se metió en su cama, durmió hasta las 5 en punto, se levantó de mala gana y se quitó su traje que aún traía puesto, se puso un short y una camisa blanca y fue a su gimnasio personal, que estaba en el sótano, mientras tanto Audrey estaba en la cocina preparando un batido para su jefe, segúramente no le iba a gustar, pero era lo que debía de tomar según el doctor D’angelo, Gracias a una de las empleadas, Audrey encontró el gimnasio y miró a Daniel en una corredora con sus audífonos puestos, estaba muy sudado y concentrado, Audrey pudo ver más a detalle sus blancos brazos, tatuados al igual que una de sus piernas, ‘Que lío debía de ser el pobre hombre’, ella camino hasta Daniel y el la miró, detuvo la máquina y se sacó sus audífonos, —Buenos días señor Wong, por favor tome esto— dijo Audrey y le dio el batido que había preparado, Daniel lo tomo y lo miró detenidamente, —¿Y esto que es?— pregunto mientras examinaba el contenido de aquel vaso, —Es espinaca con apio, kiwi y pepino— respondió Audrey, Daniel la miró y negó con la cabeza, —Solo tomaré agua—dijo mientras se lo regresaba, —No señor Wong, tiene que tomárselo, son indicaciones del doctor— Daniel resopló con fuerza, no quería discutir tan temprano así que solo se lo tomo de tres tragos sin hacer caras ni gestos, se limpió la boca con la toalla que llevaba en el cuello y le entrego el vaso a la hermosa mujer sonriente delante de él. —Nos vamos a las ocho y media, así que alístate o tendrás que tomar un taxi— dijo Daniel con un tono muy mezquino, caminó hasta una máquinas de pesas y continuó con sus ejercicios, Físicamente Daniel estaba muy bien, era alto de cabello n***o, tenía una tez blanca y sin imperfecciones, era mitad Chino y mitad Coreano, tenía los ojos rasgados pero aún así eran grandes, eran de un color café oscuro, tenía labios gruesos y carnosos, muy bien marcados, sus cejas al igual que las de un perro husky lo hacían tener una expresión malhumorada, se le formaban unos hoyuelos en las mejillas cuando curvaba los labios o sonreía, sin duda hacía que las mujeres le regalarán suspiros a montones, Audrey suspiró y Daniel volteo a verla, ella tosió incomoda y se marchó a toda prisa, Daniel continúo haciendo sus ejercicios y exactamente a las 7 se metió a la ducha, el agua fría callo sobre su espalda y el solo se quedó inmóvil, se enjabono el cabello y el cuerpo y se enjuagó, fueron solo 7 u 8 minutos, salió envuelto en una toalla y se quedó mirando a Audrey quien estaba ahí de pie sosteniendo dos corbatas, —Señor Wong ¿Prefiere la corbata roja o la azul?— pregunto Audrey y le enseño dos corbatas, —La roja— respondió Daniel y tomo otra toalla para secarse el cabello, —Bien— dijo ella y dejo la corbata roja sobre la cama junto al traje que acaba de sacar para él, y la otra corbata la puso en su lugar, Audrey salió de la habitación y cerró la puerta detrás de ella, "Hay mierda" gesticulo con la boca y se quedó un momento en shock tras haber visto los tonificados y tatuados pectorales de Daniel, no pudo evitar sonreír felizmente, su jefe no le gustaba, pero era un hombre guapo y llamativo, no era un pecado mirar ¿O si?.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR