Capítulo 6.

3017 Palabras
◾6.-¿Quiere que lo ame? ◾ Audrey usó toda su fuerza de voluntad para levantase de la suave y enorme cama, fue directo a la cocina, preparó el batido para su jefe y fue al gimnasio, sus parpados aún pesaban, miró a Daniel y sus ojos se abrieron de golpe, su somnolencia se desvaneció en un segundo, Daniel estaba en una máquina para hacer abdominales, estaba tan sudado que se había quitado la camisa, Ella se quedó mirándolo un rato, hasta que él se percató de la joven y se sacó los audífonos, se bajó de la máquina y se secó con una toalla blanca, —Buenos días— dijo Audrey y le entregó el batido que tenía en sus manos, trataba de mantener su vista en el rostro del jefe, pero era muy difícil, su mirada se deslizaba hacia su abdomen marcado, Daniel quería sonreír pero se aguantó las ganas y se apresuró a tomarse el batido verde, —¿Todo bien?— Preguntó él, A la pobre chica parecía que le habían sacudido la cabeza y regresó a sus sentidos, —S-Si, si señor— Dijo y dio un gran trago de su propia saliva, Daniel regresó a lo suyo y ella hizo lo mismo. ............ —¿Tienes novio?— Audrey miró a Paulette, ambas se preparaban una taza de café en la sala de descanso, —No, aún no— —Pero ¿Por qué?, Segúramente tienes muchos pretendientes— —La verdad es que no—dijo Audrey muy segura de aquello, —¿De que hablas?, un chico de marketing me preguntó por ti hoy en el elevador, parece que ayer te miró y le gustaste— Paulette movió sus cejas de arriba abajo y sonrió con complicidad, Audrey sonrió, –¿Y estaba guapo?—se animó a preguntar solo por diversión y no por interés, —¿Quién estaba guapo?— Ambas miraron hacía la entrada, era Suan la secretaria de Héctor quién traía una taza en sus manos, —Un chico que preguntó por Audrey— respondió Paulette, —Ahora que lo mencionas ayer Seung de recursos humanos me preguntó por ti— dijo Suan recordando lo que había pasado ayer a la hora de salida, —Ves, eres muy popular— afirmó Paulette, Audrey no lo creía, pero no quería parecer demasiado modesta y caer mal. Como fuera la conversación duró unos minutos y llegaron a la conclusión de que Audrey era muy tímida, lo cual no era del todo cierto, ella era muy mala comprendiendo el coqueteo, tanto que no se percataba de cuando le gustaba a un hombre, durante toda su vida solo había tenido un novio y habían terminado según él, por la falta de interés por parte de ella, aunque claro, él omitió su infidelidad. Audrey se estaba adaptando muy bien, ya había trabajado un año como la asistente de un CEO y tenía experiencia, así que sabía a que darle prioridad y a que no, Cuando entró a la oficina con una agenda en sus manos, Daniel estaba con la cabeza metida en papeles, —Señor, no olvide que hoy tiene una cita con el presidente de Global Group—dijo Audrey mientras se acercaba a su escritorio, sonrió al ver qué Daniel ni siquiera la escuchó, era un hombre muy dedicado a su trabajo, era algo admirable, Daniel resopló y se enderezó en su silla, miró a la joven y se sobó el mentón, —Lo siento, no te escuché— se disculpó él, al ver que la chica esperaba una respuesta de su parte, —Que no olvide que hoy tiene una reunión con el presidente de Global Group—repitió ella, – en dos horas—recalcó, Daniel suspiró y miró su reloj de mano, se frotó la cien adolorida, y sobó su cuello el cual le dolía desde hacía ya unos días, pero no tenía el tiempo, ni las ganas de ir por un masaje, —No se estrése señor Wong— dijo Audrey y caminó hasta ponerse detrás de él, se tomó el atrevimiento de sobar sus hombros y esa acción le sorprendió mucho a Daniel, quién se puso muy tenso tan pronto como ella lo tocó, no se atrevió a decirle a la joven que se detuviera, así que Audrey continúo haciendo presión con sus manos justo donde a él le dolía, Daniel empezó a disfrutar del masaje y a sentirse relajado, Audrey no se había percatado de la mecha que estaba encendiendo, ni de la línea que estaba cruzando, Después de unos minutos Daniel se relajó tanto, que empezó a quedarse dormido, Audrey era muy buena, siempre le daba masajes a su madre y eso la ayudaba a relajarse, no hubiera echo esto por cualquiera, ni tampoco lo hubiera echo si Daniel tuviera esposa ó novia, pues no sería apropiado, Inclusive ella misma se sorprendía de que le estuviera dando un masaje a su jefe, después de un rato se detuvo y miró que Daniel se había quedado completamente dormido, “Pobre, tan cansado debe de estar”, en sus pensamientos no había morbo, ella en verdad quería ayudarlo a sentirse mejor, era un impulso que nacía desde su interior, Se recargó en el borde del escritorio muy cerca de él, y estuvo mirándolo por un rato, fijándose en cada detalle, su barbilla, sus mejillas, su hermosa nariz perfilada, sus cejas pobladas, sus enormes pestañas, sus manos grandes y blancas con sus tatuajes raros en sus largos dedos y sus nudillos rosados, sus venas ligeramente se asomaban por su piel y... Alguien tocó la puerta y Audrey volteó, Daniel abrió los ojos y miró que la chica estaba a lado de él, tan cerca que su pierna casi tocaba la de ella, —Dile que pase— dijo Daniel casi con un susurro, —Adelante— dijo Audrey, La puerta se abrió y entró Héctor, —Oye Dan...— se quedó callado al ver a Audrey y sonrió, —Hola Audrey— dijo con una hermosa sonrisa dibujada en su hermoso rostro italiano, —Hola Héctor— dijo Audrey sin moverse siquiera un poco, —¿Interrumpo algo?— preguntó D’angelo, —Si— respondió Daniel con su tono mezquino tan propio de él, —No es verdad— le corrigió Audrey, —Bueno en ese caso, Audrey te invito a comer ¿Que dices?— preguntó Héctor con cierto entusiasmo, —No puede, tenemos una reunión en una hora— respondió Daniel rápidamente y se puso de pie, se acomodó su chaleco y su corbata y Audrey se apresuró a descolgar su saco para ayudarle a ponérselo, —Bueno...—dijo D’angelo un poco decepcionado, —Lo siento Héctor, tal vez en otra ocasión— dijo Audrey, “¿Yo también tengo que ir?” se preguntó así misma, —Si está bien, no te preocupes, oye Daniel, los contratos del hospital, necesito que los revises junto con Dino— dijo D’angelo y le puso unos folders en su escritorio, Daniel los miró y los guardó bajo llave, —Lo haré en cuanto regrese— ……… La reunión, que más bien parecía una cena con un amigo, estuvo muy aburrida, hablaban de negocios, de dinero y de cosas que a Audrey no le interesaban mucho, estaba concentrada en su deliciosa carne, estaba muy buena, pero también parecía muy costosa, Daniel observaba a la hermosa chica comer felizmente y eso lo hizo sentir complacido, no era necesario que ella estuviera presente en aquella reunión, él solo no quería que se fuera a comer con Héctor, pero...¿Por que?, tal vez era muy egoísta y quería su compañía solo para él, después de un rato el presidente de Global Group se fue y Daniel respondió una llamada. Audrey bostezó y bebió un poco de vino de su copa, —¿Te gusta Héctor?— preguntó Daniel mientras sacaba un cigarro de su cajetilla personalizada, Audrey casi escupió el vino, pero logró tragarlo y tosió un par de veces, —¿Por qué pregunta eso?— —¿No es una pregunta que pueda hacer?— —No es un hombre que me desagrade— respondió ella a su primer pregunta, —Sabes que no me refiero a eso, ¿Te gusta de manera sentimental?— preguntó Daniel y sacó el humo del cigarro por la boca, la miró esperando una respuesta y Audrey no respondió pero se quedó pensando, “¿Por qué me pregunta esas cosas?”, —No debería de fumar, no es bueno para su salud…y yo…— Audrey no le quiso contar sobre su problema de asma, el humo la hacía respirar más lento —No importa—dijo al fin, —Si tú respuesta es que si, que si estás enamorada de él, entonces... ¿Debería de transferirte como su asistente?— Preguntó Daniel y continúo fumando ignorando la sugerencia de la joven sobre no fumar, él no consideraría transferirla nunca por supuesto, sólo estaba hablando por hablar, —Entonces ¿Me está diciendo… que para seguir siendo su asistente debo de enamorarme de usted?— preguntó Audrey, siguiéndole la corriente, —Por supuesto— respondió Daniel de inmediato y aspiró de su cigarro, Audrey solo se río como si le hubiera contado un chiste, pero Daniel estaba serio, parecía que hablaba en serio, —No habla enserio, ¿O sí?— —Solo piénsalo, ¿Quien cuidaría mejor de mí, que una mujer que en verdad me ame?— preguntó Daniel con mucha seriedad, —¿Quiere que lo ame?— preguntó Audrey, —Si te dijera que si, entonces me amarías solo por compromiso, así que no es lo que yo quiera, si no lo que tú quieras— respondió Daniel y puso el cigarro en el cenicero, —Señor Wong, no se si bromea o si habla enserio— Daniel sonrió y la miró directo a los ojos, en verdad ella no lo sabía. —¿Tú qué crees?—preguntó Daniel ahora divirtiéndose un poco con la pobre mujer confundida, Audrey pensó un momento y luego respondió, —Tal vez un poco de ambos— "Que mujer tan astuta" —Si, tal vez— —Hablando enserio señor, el señor D’angelo no me gusta sentimentalmente...no es mi tipo de hombre, pero si lo admiro, además, creo que sería muy pronto, apenas lo conocí — dijo Audrey y sonrió, ¿Enamorarse en un día?, eso era ridículo, —En el corazón no se manda—dijo Daniel como si fuera un experto en ese tema, —Pero en la mente si— añadió ella, Daniel no dijo nada a eso y solo pidió la cuenta, ambos regresaron y en la entrada se encontraron con el guapo Dino y junto con él estaba un hombre de cabello n***o y blanco, parecía un hombre muy formal con un traje gris de dos piezas, tenía una barba que se estaba tornando blanquecina por su edad, y una piel bronceada, era un hombre como de 60 años que mantenía muy en forma su físico, sonrió al ver a Daniel y dijo algo en italiano, —Figliolo, sono così felice di vederti, (Hijo, me alegra mucho verte)— —Io stesso dico io, ¿com'è andato il volo?, (Yo digo lo mismo, ¿Cómo estuvo el vuelo?) —preguntó Daniel y sonrió, era una sonrisa que parecía no usar mucho, se acercó a ese hombre para estrechar su mano, aquel hombre no conforme con aquello lo sujetó de la nuca y le dio un beso en la frente, aquella acción era algo muy raro de ver en esta cultura, pero a Daniel no parecía incomodarle en lo más mínimo, Dino también hablo en italiano, —Ho detto a nostro padre, non deve più preoccuparsi di te, che hai già qualcuno che si prende cura di te, (Le dije a nuestro padre que ya no tiene que preocuparse por ti, que ya tienes a alguien que te cuida) — Audrey no entendía ni un poco el idioma y se mantuvo al margen, mientras ellos hablaban, Daniel dijo algo y miró a Audrey, aquel hombre mayor miró fijamente a la joven y dijo algo también, Dino se río y Daniel solo asintió, —Audrey, él es mi padre y el padre de Dino, el señor Valentino Bartolini— dijo Daniel, Audrey sonrió y se acercó, él señor Bartolini era el mejor amigo del padre biológico de Daniel, quién al enterarse de la situación del pobre niño no dudó en adoptarlo y criarlo como si fuese su propio hijo, Daniel en verdad lo amaba y estaba muy agradecido con todo lo que hizo por él, —Mucho gusto señor—dijo ella con amabilidad, —El gusto es mío, me alegra que Daniel me haya echo caso y contratara una nueva asistente, por favor cuida bien de mi hijo– pidió el señor Bartolini sosteniendo la mano de Audrey, —Lo haré señor— dijo ella, Daniel parecía un joven avergonzado por su padre así que apresuró las cosas, —Vamos a mi oficina— Los cuatro subieron al elevador y en el piso tres subió un hombre de traje n***o con anteojos, saludó educadamente y se paró junto a Audrey, muy cerca de ella, asiéndola ponerse incómoda, los tres caballeros hablaban en italiano y se olvidaron del resto de la gente, Más gente subió en el piso 6 y aquel hombre con anteojos se acercó mucho más a la joven, la miraba de reojo y le sudaban las manos, estaba invadiendo su espacio personal, por fin llegaron a su piso y mientras Audrey se apresuraba a bajar, aquel hombre le tocó ligeramente el trasero, La reacción de Audrey fue confrontar al hombre por supuesto, —No vuelva hacer eso por favor—dijo ella muy molesta, su segundo día y seguían llegando los problemas, tal parecía que, ella era un imán para eso, —¿Está todo bien?— Preguntó Dino al escuchar a la molesta joven, —Si— respondió Audrey y bajó del elevador, está vez lo dejaría pasar, pero si en un futuro volvía a suceder sin duda le rompería la nariz de un puñetazo, Caminaron por el pasillo, Daniel y el señor Bartolini iban unos pasos delante de Audrey y de Dino, —¿Te hizo algo?— Preguntó Dino con discreción, Audrey lo miró y sonrió, —No, está todo bien— respondió ella para no hacer el problema más grande, Dino dejó de indagar y se volvió a unir a la plática de Daniel y de su padre. Los tres caballeros estuvieron por casi una hora en la oficina de Daniel y luego salieron, Daniel se despidió del señor Bartolini, y luego aquel hombre se marchó junto con Dino, la tarde transcurrió tranquilamente, Audrey y Daniel salieron del edificio juntos y fueron directo a casa, Ella se fue a su habitación y Daniel a su despacho, Audrey tomó una ducha y se puso la pijama, estaba lista para irse a dormir cuando sintió mucha sed, fue a la cocina y antes de llegar notó una silueta, era Daniel, estaba en la sala mirando por la ventana hacia el jardín, se había quitado su traje, pero no parecía que se hubiera preparado para irse a dormir, usaba unos pantalones negros y una camisa casual de color azul marino, —¿Señor Wong?— preguntó Audrey, —Señor Wong— repitió él, y se dio la vuelta para ver a la joven, tenía una sonrisa en su rostro, pero no era una sonrisa amistosa, ella sintió mucho miedo, pues él en verdad no era Daniel, su mirada era fría y con odio, todo su ser emanaba cierta oscuridad de un modo inexplicable, Audrey sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, y aunque quería salir corriendo todo lo que hizo fue mirarlo. —No pequeña, él ya no está, a mi… puedes llamarme Charles— ▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️ Extra: 7 años atrás… Daniel estaba sumamente furioso, este tipo de situaciones lo irritaban por completo, tenía una laguna mental y había despertado en la banca de un parque, la gente lo miraba y susurraban cosas sobre él, estaba sumamente desalineado y con los ojos rojos, no tenía ni su billetera, ni su teléfono celular, no tenía ni un centavo encima y no sabía dónde estaba, —¿Disculpe, podría prestarme un momento su teléfono?—le preguntó a una mujer, era la tercera vez que intentaba conseguir un poco de ayuda, esta mujer lo miró con miedo tal y como las dos personas anteriores y se negó, Daniel resopló y cuando estaba decidido a caminar, una joven se acercó a él, —Usa el mío— dijo una chica, usaba un uniforme escolar de alguna preparatoria, parecía extranjera, tenía que serlo, era rubia y tenía unos ojos grises impresionantes, incluso logró captar el interés de Daniel, lo cual era algo extraño, Daniel miró el teléfono y lo tomó, hizo una llamada y regresó el aparato a la joven, —Te lo pagaré, ¿Cómo te llamas?— —No es necesario, mi nombre es Audrey…¿Estarás bien?— preguntó aquella chica mostrando una preocupación sincera, —Si,…gracias— respondió Daniel y miró a la joven sonreír y asentir para luego marcharse. ▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️ Dato curioso: Este libro está inspirado gracias a una canción de twenty one Pilots titulada my blood, inicialmente la historia solo iba a tratar de Daniel y Charles, pero estaba quedando muy triste y deprimente, por eso incluí a Audrey, ya que lo que quería era que resaltara más el sentimiento de la ira y de la impotencia, ya que la mayoría de las personas que sufren este trastorno han sido víctimas de abuso s****l o físico….:)
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