Michael La llamada no entraba, ya era la sexta vez que el maldito teléfono me enviaba al correo de voz. Sabía que debería estar con pomponcito en estos momentos en lo que alguna vez fue la casa de su abuela. Sabía el dolor que debería estar sintiendo en estos momentos, conocía bien a mi compañera, conocía su sensibilidad. La cual mantenía escondida, pero dejaba entrever en muchas situaciones. Cansado de insistir con el número de mi fosforito, sin recibir una respuesta, comencé a marcar el número de pomponcito, el cual también me enviaba a buzón. Me estaba preocupando demasiado, ambas eran propensas a siempre responder sus teléfonos, la única vez que mi compañera no lo hizo, fue porque estaba en sus practicas. ¿Por qué demonios no estaba contestando el maldito teléfono? Caminé h