Michael -¿Donde demonios estabas?- levante la vista para ver a los muchachos esperándome. -Con fosforito ¿Donde más?- en serio hacen preguntas tontas y luego dicen que el loco soy yo. Cuando lleve a fosforito eran todas sonrisas y miradas nerviosas. Me sentía feliz de ser quien provocaba eso, no era feliz la palabra, sino extasiado. Me presento a algunos de sus compañeros y a una de sus amigas. Estaba seguro de que algo había pasado entre ambas, porque la situación era bastante incomoda. Incluso aumento mi incomodidad cuando esa chica descarada intento ligar conmigo. Aún no puedo creer que me diera su teléfono, no solo eso, sino que no tuviera pudor cuando sus rápidas manos me tantearon. Era la primera vez que me sentí acosado de esa manera. Ruego no tener que cruzarla de nuevo. P