Ares... Observo con una enorme sonrisa a mi esposa mientras baila con su tío Donato, observo a mi alrededor feliz de que todas las personas importantes para nosotros están aquí. Durante el último mes estuve ansioso por que llegara este día y cuando llego no lo podía creer hasta que la vi aparecer por el pasillo tan hermosa enfundada en ese hermoso vestido blanco. - Hermosa ¿verdad? – dice Oleg sentándose a mi lado con una copa de champan en su mano –lo que voy a decirte no quiero que lo tomes a mal, pero si quiero que sepas que es una promesa – lo observo confundido – no vayas a lastimarla porque voy a matarte, tampoco la subestimes ella es más letal que cualquier arma que te puedas imaginar, los Sokolov siempre hemos protegido a los que de verdad nos importan y ella está dispuesta hacer