— ¿Todo bien? — Curioseo mi madre al verme fruncirle las cejas al cereal con leche. Asentí sin convicción, en realidad me había despertado muy pensativa. — Por cierto, estos últimos días has estado regresando de noche a casa, controla mejor tu horario de universidad, cariño. — Me aconsejó con un beso en la cabeza antes de salir al trabajo. Ni siquiera necesitaba decirle que era por trabajo de la universidad, así de fatal era mi vida amorosa; no me quejaba, yo lo había diseñado para que fuera de esta manera, al menos mis padres no habían tenido que lidiar con una adolescente que se escapaba por ver a un chico, su hija adolescente se escapaba mientras estaba inconsciente para escribir cosas en los cementerios o lugares poco concurridos. Mi padre había salido de madrugada para consegu