Cuando Emma despertó, sintió el dolor enorme en su cabeza como si le hubieran dado en esa zona con un martillo. Obviamente no recordaba más allá de haber encontrado el c*****r de sus vecinos y ser testigo del asesinato, era lo único que no podían borrar de su mente puesto que había mucho involucrado. La señora Sweet solo había sufrido un pequeño daño en la frente, no fue tan grave como pareció al principio razón por la que regreso a su casa esa misma noche y pasó el resto de la misma al cuidado de Emma; se habían equivocado, lo supieron en el momento en que se dieron cuenta que la ambulancia era falsa, y que los hermanos La Rosa se encontraban no habidos. — Estoy en casa. — Fue el primer pensamiento abierto de Emma. — Estoy en casa. — Volvió a repetirse como si no se lo creyera. L