— Muero por ver eso. — Emma se agarró la cabeza. — ¡Sal de mi mente! — Le acusó apuntándola nuevamente. Estaba asustada, sí sabía muy bien cómo manejar aquella arma, pero no quería disparar realmente. — Tú no tienes corazón. — La acusó. — ¿Cómo pudiste…? ¡Ellos tenían una familia! — Le gritó. — ¡¿Cómo puedes quitarle la vida a alguien, así como así?! Maldita loca. — Se quitó el sudor de la cara. — Te voy a matar y acabaré con esto de una vez por todas. — Sentenció firme y apuntó a la cabeza, entonces los vio con una actitud que la desconcertó. Ambos levantando la mano. — Emma cálmate, todo va estar bien. — Habló Luis. Emma se dio cuenta que algo estaba mal porque de pronto ambos, sobre todo Anna, estaba con el rostro asustado. — Solo deja el arma, nadie te hará daño. Ento