Capítulo XXXIX XXXIXRansom se encontró a la doctora Prance en el pueblo a la mañana siguiente, y tan pronto como la vio supo que el acontecimiento que se esperaba en casa de la señorita Chancellor había tenido ya lugar. No se podía decir que su aspecto fuera fúnebre; pero de cualquier modo contenía un anuncio de que por el momento no debía ya preocuparse por su paciente. La señorita Birdseye había fallecido por la noche muy tranquilamente, una hora o dos después de la visita de Ransom. La habían transportado en su silla de ruedas a la casa; y no hubo nada que se pudiera hacer sino esperar su completa extinción. La señorita Chancellor y la señorita Tarrant se habían sentado junto a ella, sin moverse, cada una sosteniendo una de sus manos, y a eso de las ocho había dejado de respirar. Fue u