"Entonces lo siento, me disculpo", dijo Anneli, sin estar segura de la causa pero rápidamente para arreglar los problemas.
El temperamento de Marceau no era una novedad para Anneli.
Sin embargo, decidió no pensarlo dos veces.
Marceau se quedó momentáneamente sin palabras y fue sorprendido por este lado inesperado de Anneli.
Frunciendo los labios, no había previsto tal faceta de su personalidad.
"¿Estás mudo ahora? ¿Alguien te pegó la boca?", bromeó Anneli, intentando abrirle los labios con los dedos.
En el pasado, aquellos que mostraron tal falta de respeto hacia Marceau habrían enfrentado graves repercusiones.
Sin embargo, con ella, incluso en su enojo, se encontró incapaz de afirmar su autoridad habitual.
Anneli parecía decidida a no dejarlo pasar sin una discul
