LA PRESTIGIOSA CÁRCEL «Ven. Llévame del dolor, que está oscuro y no oigo tu voz, solo quiero respirar, que la noche me va a matar» —¡Me niego rotundamente! —¡Amara, vuelve aquí! —escucho el grito de mi padre detrás de mi. Me disponía a subir las escaleras para llegar a mi habitación y encerrarme allí el resto de la tarde. —¡No me hables, papá, lo que haces es muy injusto! —¡Solo son dos años! —siento que toma mi mano y me hace girarme hacia él— Amara, es necesario que vayas. No tenemos otra opción. Recuerda lo que te platiqué. Si no vas entonces ella... —cierra los ojos por un segundo—, quiero que estes siempre conmigo. —Es que no me quiero separar de ti —musité muy a lo bajo— ni me quiero ir de mi hogar. Nunca he ido a America. —Lo sé —me encamina de nuevo hacia la sala princ