Estoy tan metida en mis pensamientos, animándome a mi misma que no me doy cuenta que Zac está de pie sonriéndome. —Mi ángel, ese whisky que estás tomando es bastante fuerte. Se acerca a mi y me quita el vaso de las manos. —Con razón sentí que me quemaba hasta el estómago. El suelta una carcajada y se acerca a abrazarme. —¿Qué te sucede para que necesitaras tomar? —La verdad me sentía bastante cohibida con tanta gente, no estoy acostumbrada, sólo quería relajarme un poco. —¿Y funcionó? Me acurruco en sus brazos. —Ahora que estas aquí sí. —¿No estas acostumbrada a tomar verdad? —No. —Me gusta como te pones con unas copitas de más. Yo volteo a verlo y no puedo evitar besarlo, paso mis brazos por su cuello para acercarlo más a mi. —Mi ángel, no hay nada que me gustaría más que t