- ¡déjame ir!- grito como poseída.
- no te puedo dejar ir - dice con una sonrisa en el rostro.
- por favor. - susurró.
- no te dejare ir. - afirma - querías huir de mi. - me dice golpeando mi cara. - y eso no te lo puedo permitir nunca
- yo no te he hecho nada. - afirmo. - yo tengo una vida.
- yo decidí que serías mía desde hace mucho tiempo. ¿Acaso no ves que te amo? ¿No ves todo lo que hecho?
- ¡mataste a mi hermano! - le grito con odio
- hice lo que era necesario para estar juntos.
- no. No es cierto. Yo te odio con todo mi ser- afirmo. - ¿no te cansas de matar?
- no. Todo lo que he hecho lo que hecho por ti. Y si alguien más se atraviesa en mi camino y intenta separamos entonces lo mataré.