Poco rato después nos informaron que Gina está en cuidados intensivos y tengo que ver a un desesperado Peter jalarse los cabellos de la angustia.
Y es que a pesar de que le insisto en que vaya a descansar, sigue igual de obstinado.
Incluso le digo que podría recetarle unos somníferos antes de que su cuerpo en verdad colapse… pero lo malo es que su condición para tomarlos es ver a Gina en la sala de cuidados intensivos.
—Iré, pero primero tengo que verla —lo miró incrédulo, pensando que el cansancio debió pasarle factura—. Sé que puedes ayudarme, tú eres el único que puede hacerlo, hermano.
—¿Has perdido la razón? —miro a mi alrededor, nervioso de que podamos ser escuchados—. Si alguien se entera de esto…
Sé que no seré despedido si dejo que mi hermano entre allí con mi autorización,
