Llego a mi casa muerta de nervios, mi felicidad había crecido de un momento a otro, ¡voy a tener un bebé! un bebé mío y de Saíd. -¿Niña donde estabas? -me pregunta María sacándome de mi felicidad. -Fui al medico María. Te sientes mal mi niña, ¿quieres que llame al doctor Fernández? -No María, estoy bien solo estoy embarazada. -Ah menos mal que es eso. -le resta importancia y luego me mira con los ojos bien abiertos-. ¿Qué haz dicho? -Estoy embarazada. -confieso de nuevo con un nudo en la garganta. -Oh por dios mi niña, entonces es cierto, oh por dios que feliz me hace escuchar eso. -me abraza con emoción. -Es una locura, pero estoy feliz. -Y nosotras estamos feliz por ti mi vida. -asegura Kika cuando llega hasta nosotros-. Pero ahora debes cuidarte, adiós estrés o presion