Horas después Tardé horas en poder comunicarme con Alberto, y cuando finalmente lo conseguí y comencé a cuestionarle acerca de la fotografía y le conté mis dudas, él simplemente me dijo que no era un tema para conversar por teléfono, y propuso que nos viéramos en persona mañana. A cada minuto que pasa, más me convenzo de que todo lo que me estoy imaginando puede llegar a ser cierto, pero de ser así, ¿Cómo me vería afectada? «¿Será que el testamento quedará anulado? ¿Y si todo lo que hice hasta ahora ha sido en vano?» pienso y de inmediato sacudo estos pensamientos de mi cabeza. No quiero que Álvaro y nuestro bebé pasen por mi mente como una obligación por culpa de mi abuelo. Si sé que al principio nuestro trato fue única y exclusivamente por eso, pero ya no es así y mucho menos lo es nu