Me separo de golpe al sentir cosas que no debería en mi cuerpo. Lo miro fijamente a los ojos y puedo ver una mezcla de expresiones en su rostro.
La comisura de sus labios está un poco elevada, pero su ceño está levemente fruncido. Esto le divierte pero supongo que mi actitud lo confunde.
Salgo de la cocina directamente a las escaleras, no espero que me siga, de hecho estoy rogando para que él se demore en subir, pero no, escucho sus pasos detrás de mi y apenas yo subo algunos escalones él me alcanza.
—¿Por qué nos haces esto, Maya?
—Caleb no quiero pelear.
—¡Pero yo sí! Desde que volviste de ese retiro te has comportado diferente, ya no peleas, ya no me gritas, prefieres ignorarme . Antes por lo menos tenía tu atención de ese modo pero ahora simplemente parece que no existo.
—N
