SILVANA —Avrill—llegábamos a la empresa—¿sabes si últimamente alguien entraba a la habitación de mi padre? —No que yo sepa, simplemente los policías entraron a rebatir todo y se llevaron algunas cosas, pero hasta ahí— creo que ni siquiera Avrill tenía idea de lo que estaba pasando— ¿estás bien, Silvana? —No te preocupes por mi, yo estoy a la perfección— seguimos caminando. —¿Pero porqué quieres entrar a esa habitación?— me preguntó, pero ya era demasiado tarde, tenía que entrar a la oficina central de mi padre, la mayor interesada en encontrar esos diamantes era yo. —Créeme que sólo yo entiendo la situación, así que te sugiero mejor que te regreses y cerciórate de que nadie entre excepto yo—ella negó con la cabeza y se fue un poco enfurecida. JIMMY Mientras leía los informes de la p