JIMMY Cuando vi su rostro con esas vendas sentí que me desprendían parte de mi alma, aún no me lo podía creer, tomé su mano y coloqué el anillo que le había prometido, le quedaba a la perfección y tenía un remordimiento terrible al recordar cuántas veces ella se lo quiso probar y yo no lo permití. Besé una y otra vez esas manos, esas manos que hace algunas horas acariciaba mi rostro. SILVANA Al llegar al hospital había una sala en donde estaban algunos familiares, mis hermanas y mi cuñado, por supuesto mi madre estaba totalmente destrozada y ni siquiera tenía el valor de ver a mi padre en esas condiciones. —Señorita— Uno de los oficiales se acercó— tienen que decidir quién entrará a la sala a reconocer el cuerpo— todos nos quedamos viendo el uno al otro, nadie tenía la valentía de ver