RICKY
—Bienvenida a casa— mi esposa había salido del coche sin mi consentimiento— no sabía que tú también estabas por acá, pero lo bueno es que le dije a tu esposo que los invitaba a una cena muy especial ustedes han sido muy buenos conmigo y más en estos tiempos cuando más los necesito.
—Lo siento mucho, señora Simons, pero no me he sentido muy bien de salud y no creo que pueda venir a esa cena— de inmediato quedé viendo a Sara, mi esposa.
—Por supuesto que vendremos a esa cena, querida, no vamos a hacer maleducados y dejar plantado a mi cuñada, ella se merece nuestra compañía en estos peores tiempos así que no te preocupes— caminamos hacia la salida, más adelante iba mi esposa mientras que yo iba detrás con mi cuñada— A propósito sé que ustedes están pasando por una condición económic
