Calos Fontaine. Estoy temblando. No se cómo describir todo lo que siento en este mismo momento. Es una sensación extraña, increíble, una que nunca antes había sentido, y que me gusta. Toda ella me gusta. Miro su carita y sus ojitos verdes que me observan con curiosidad, y siento que me muero de amor. Sus deditos no dejan de explorarme, recorren mi rostro una y otra vez y cada tanto balbucea algo que no consigo comprender por completo y sonríe, aunque en otras, parece estar contándome algo de su pulpo y de Luna por los gestos que hace con su mano y por donde me señala con el dedo. Después de horas allí juntos los dos, porque Emma nos había dejado solos para conocernos, me levanto con ella en brazos y camino hacia el ventanal y ella de inmediato apoya su cabeza en mi hombro abrazándose