- que haces aquí? - le pregunto serio. Ignorando el hecho de que el brillo que tenía sus ojos se fue. Ahora hay desilusión en ellos. De cierto modo me da alivio que sufra, aunque no veo por qué. Una persona que se hace la muerte engaña, por codicia es lo peor del mundo. No le importó dejarme, yo la amaba con toda mi alma. La muy puta paso por encima de eso, haciéndolo mierda. Me destruyó. Pero si algo le agradezco a la puta es que gracias a ella soy más fuerte. Gracias a ella conocí al amor de mi vida, a mi todo a Michel. Me ha determinado que es al amor. Me ha determinado que la fidelidad y la lealtad si existe. Me ha amado incondicional, aunque sea un hijo de puta. - que mierda haces aquí? - le pregunto una vez más con furia. La miro fijamente. Sus ojos desaparecen todo rastro de tristeza y cambia a uno de ilusión. Al parecer no le importa en lo más mínimo que la Trata como una perra. Como lo que es.
- no era a mi amor a quien esperabas? - me pregunta con un puchero. Antes me moría por uno. Me excitaba al máximo, solo escucharla hacia que yo el gran Brayiam grosbfiab estaría suplicando por un poco de cariño. Por un poco de sexo. La muy Maldita se aprovechaba de eso para hacerme enloquecer y hacer lo que quisiera conmigo.
- sabes la respuesta. - le digo con severidad y firmeza. No caeré dos veces en el maldito hueco en el que estuve por ella. No voy a arriesgar lo que tengo con mi muñeca solo por esta. Sé que Michel no me lo perdonaría. Sé que ella odia a Marisa y se siente insegura de mí, en especial con Marisa. No voy a dañar lo que tengo. Me ha costado mucho recuperarme, sanar, Michel ha pegado cada una de las fracciones de mi corazón. Ese pegamento que ha utilizado es amor.
- ¿cuál respuesta? ¿Que sí? ¿Qué anhelabas mi visita? - cuestiona con una sonrisa. Salgo de mis pensamientos y la pérdida. Me acercó a ella. El único de crédito que le doy a la muy puta es que es bella. Al parecer los años la pone más bella. Pero su belleza ya no me deslumbra.
- no. - digo seguro- Sabes perfectamente que no. Eres la última persona que esperaba ver - le aseguro. Sonríe con suficiencia. La analizó, quiero saber qué mierda es lo que busca. Que mierda es lo que está tramando.
- Huy que agresivo-dice con seducción. No puedo pasar eso por alto. El hecho de que ahora se arrastre a mi después que era yo el arrastrado. - yo que dure horas arreglándome para tiempo dados bajando un poco más su vestido para enseñar su escote. Dudo que sepa que es simple o el simple hecho de vestirse decente sin ser provocadora. O por lo menos sin parecer tan puta. Lo que tengo que reconocer es qué ahora se ve más producida. Luce mucho más bella que hace años. Cuando había perdido la cabeza por ella. Ahora está muy diferente Cambio su cabello castaño a uno Rubió. Su cuerpo se ve más voluminoso. Obviamente cirugías, pero ese cirujano supo hacer más que bien su trabajo.
- porque tan duro amorcito? - pregunta hablando de manera sexy. Esos labios no los recordaba tan voluminosos. Maldita sea, estar encerrado aquí está empezando hacer estragos.
- no me digas así- le digo con firmeza. - no soy tu amor - le aseguro. Se acerca a los garrotes y sonríe. Quiña su ojo y de manera sexy. La muy perra sabe el arte de la seducción y más que bien.
- yo soy TU amor- me asegura con firmeza.
- tú no eres mi amor - le aseguro con burla. - dudo que en algún momento lo fueras. - le aseguro y me mira confundida y asombrada
- a quien engañas amorcito, quieras o no yo soy tu amor. Yo soy tu todo - me dice con firmeza y determinación. Está tan equivocada.
- haya tu. -le aseguro con burla.
- no puedes cambiar de la noche a la mañana, tú Brayiam das la vida por mi - me dice con furia. Pareciera que tratara de convencerme, pero no me interesa en lo más mínimo
- te equivocas, eres una ridícula-le aseguro- quise que lo fueras. Pero no, decidiste joderme y dejarme - le digo con resentimiento- perdiste tu oportunidad- le aseguro. - ya no me interesa nada de ti. Eres una perra - digo con frialdad
- enserio bebé? ¿Ya no te interesa nada de mí? - pregunta con una sonrisa sínica- apuesto que está perra, te calienta mucho- me asegura y eso es muy cierto aún qué no lo reconozca. - podrás decir lo que quieras de mí. Pero muy en el fondo sabes que tengo razón, sabes que somos iguales. Yo Brayiam por lo menos no miento. Sé que me guardas resentimiento por eso tu comportamiento- me asegura- amor tú y yo somos iguales. Si soy una perra no es algo nuevo. Tú también eres un perro eso tampoco es nuevo. - afirma mirándome fijamente- nos complementamos perfectamente- eso que dice me sabe a mierda
- te diré una cosa Marisa. - digo mientras me le acerco- yo no voy a caer en tus malditos juegos ya no. - le aseguro con dureza
- Brayiam...- me dice con desesperación- tú eres mi amor y yo soy el tuyo bebé, tiene que verlo- me pide. Cierro los ojos con fuerza. Se a quien no le va a gustar para nada que Marisa este aquí. Michel, sé que si ella se entera yo estaré en problemas. Ya tenemos mucho para uno más.
- entiéndelo yo no soy tu amor y tú no eres el mío. - le digo con furia ya me harté de hacerla ver las cosas por las buenas. He tenido paciencia y no suelo tenerla.
- no sé qué mierda dices, pero yo soy tu amor, no sé qué a quién mierda engañas- me asegura. - te lo voy a demostrar- me dice con firmeza
- quiero verlo. - digo con burla y sarcasmo - cuando lo hagas largo- le digo serio. Me siento en mi cama.
- ya lo verás - me dice con una sonrisa que esconde mucho. Lentamente va bajando el cierre de su vestido.
- que. mierda? - balbuceo.
- mírame, amor - me pide. Muestra los senos. No aparto la mirada. Ese vestido es muy provocativo, lo noté desde que llegó, no soy ciego.
- antes te morías por mí, eso cambió? - me pregunta bajando todo su vestido. Trago el nudo que tengo en la garganta. Aparto la mierda incomodo y la miro fijamente
- ya no- aclaró- Ahora no me interesa escucharlas - le aseguro. Trato de concentrarme en que Michel es la mujer de mi vida. No está perra
-ahora estoy aquí. - me dice coqueta. - eso es lo que importa. - me dice segura. Mira las rejas de mi celda. Están abiertas. La muy perra tenía llaves. ¿cómo? - Brayiam amor yo te amo- me asegura. Algo dentro de mí se mueve. La veo entrar a la celda. Ese cuerpo me está llamando. Me está dando una invitación
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- por fin voy a estar en casa - susurro. Todo esto ha Sido muy duro para mí.
- lo sé. Ahora tienes que cuidarte mucho- me dice Sandra y ruedo los ojos con molestia. Nadie entiende las cosas.
- tengo otras prioridades- digo tomando mi chaqueta, me la pongo con cuidado. Aún tengo muchos hematomas.
- Enserio? -pregunta incrédula- intentaron matarte! - grita alterada. Sé que me quiere, que aprecia mi amistad. Que es mi amiga, pero ahora tengo que ser egoísta y pensar solo en Brayiam
- lo sé. Pero Me importa una mierda - le aseguro - lo único que quiero y es mi prioridad es Brayiam. - le aseguro- tú no sabes lo desesperado que está el en ese hueco- digo con molestia
- lo sé. ¿Pero si tú te mueres como Carajos va a quedar él? - me pregunta- como va a quedar Mariana? - me cuestiona- esa niña, no podrá ser tu hija. Pero te quiere como una. - me recuerda.
- yo la quiero igual. - le aseguro, realmente Mariana se ha ganado mi corazón, la quiero como una hija - es hija de Brayiam es como si fuera la mía. - le digo firmé- es la hija que no tendré. - aseguro. La idea de tener hijos está muerta para mí. Tomo mis cosas y respiró hondo. Me hubiera gustado tener hijos. Un mini Brayiam, pero es imposible, nunca sucederá. Brayiam no quiere hijos y yo jamás tendré en este mundo que me rodea de maldad y sufrimiento.
- Michel te estoy hablando- me dice y la miro fijamente. -tienes que tomar las cosas con calma - me asegura. - piensa con cabeza fría. No te desesperes - me pide y sonrió.
- es muy fácil decir las cosas, pero no eres tú quien tiene a su hombre en una jaula como un animal. No eres tú quién está sufriendo. - le digo molesta
- Brayiam va a salir de ahí. Pero tienes que cuidarte tu también. - me dice y asiento. No quiero discutir solo quiero ir a casa.
- vámonos de aquí- le pido. Odio los hospitales cuándo se trata de que tenga que estar hospitalizada yo. ¿Todo el transcurso a casa me la pasó pensado en que mierda está pasando?
Tenemos que salir de este Infierno. Al llegar a casa. Están los mismos paparazzi en las rejas, no nos dejan entrar. Mis hombres salen a que nos den pasó. Poder ingresar el auto a casa siempre es lo mismo. Agradezco que las rejas son altas y están alejadas de la casa. Así no tenemos que verlos. Cuando el auto frena en la casa, bajo disparada hacia dentro. Necesito pensar. No tuvo tiempo para descansar o dormir. No lo hay. Solo tengo que sacar a Brayiam de ahí como sea. Antes que todo explote. Porque estoy segura de que lo hará. Me doy una ducha y me visto. Me siento en la gran cama. Ahora ni siquiera puedo dormir en ella. La siento tan grande y fría. Extraño a Brayiam y no sé qué hacer... no sé cómo manejar esto. Sé que él me necesita de la misma manera. No podemos seguir así. Yo no puedo vivir sin él. Y él sin mí. No podemos estar separados.
- hola- susurra una pequeña voz. Miro a la puerta y está Mariana. En este tiempo que ha estado en casa, nos hemos vuelto muy unidas. Realmente me he mantenido fuerte en parte por ella. - ¿puedo pasar? - me pregunta y asiento. Es una niña muy dulce. Ama a su padre y sé que está molesta por todo esto. Toma asiento a mi lado. - sé que lo extrañas de la misma manera que yo- susurra con tristeza
- te aseguro que sí. - le digo. Pone su cabeza en mi regazo y quedó sorprendida.
- te he visto llorar en las noches. He visto que no puedes dormir en la cama. En esta habitación - me susurra. Peino su cabello con mis manos. Respiró hondo. Para tener 11 años es muy inteligente
- no deberías de ver esas cosas Mari, tú deberías estar durmiendo- le digo con calma.
- tengo miedo - susurra. Paso mis manos lentamente por su cabello. - tengo pesadillas de lo mismo... Esos hombres me persiguen... gritan cosas... me escondo debajo de una mesa para que no me vean... - susurra
- no debes temerle a nada - le aseguro- tu papá ni yo jamás dejaremos que nadie te haga daño. - le aseguro - tienes que dejar de pensar en ello. Tienes que comprender que nadie en esta vida te hará daño- le aseguro
- por qué? - me pregunta- papá está en cárcel y no va a salir de ahí, Porque hizo cosas malas, yo estaré sola. - susurra.
- no debes temerle a nada. - le vuelvo a repetir- no estás sola, siempre me tendrás a mí. Eres mi hija - le aseguro. - Brayiam saldrá de ahí. Te lo juro. Estaremos juntos los 3 en una familia unida. Empezaremos de Zero en otro lado. Verás que todo esto solo será un mal sueño. - le aseguro. Beso su mejilla. Alza la cabeza y me abraza.
- gracias- susurra - eres la mamá que siempre quise- me asegura y sonrió. - estaremos todos juntos? - me pregunta y asiento- tendré hermanitos? - me pregunta y suspiró. Como decirle que tuvo uno y que lamentablemente ya no está aquí. Que ni siquiera pudo conocerlo.
- no lo sé...- susurro- es un tema delicado princesa- le aseguro. Por más que quisiera no creo que sea una buena madre. Por otro lado, estoy segura de que Brayiam odia a los niños en especial a los bebés. Estoy completamente segura de que no quiere tener más hijos. Quizás en un pasado lo deseo, pero ahora estoy segura de que no. No tendría un hijo en estas condiciones. En este mundo lleno de drogas y muertes. Jamás dejaría que un bebé creciera en este mundo que me rodea.
- pero... Cuando las personas se quieren mucho... deben hacer bebés - dice con inocencia y suspiro
- es complicado. Además, te tenemos a ti. - le aseguro. Beso su mejilla
- cuándo mi papá regrese le hablaré de los bebés - me asegura. Río. Me encantaría ver la cara de Brayiam cuando Mariana le hable sobre bebés.
- seguro. - le aseguro. - ahora ves a comer -le pido
- no quiero comer sola- me dice y asiento
- te acompaño un rato. Tengo cosas que hacer - le aseguro. Asiente feliz. Salimos de la habitación y bajamos al comedor ahí está Nana.
- me alegra que estés bien hija- me dice y asiento
- gracias Nana. No fue nada. - le aseguro. Sirven la comida y Mariana come y yo también.
Termino y beso la frente de Mariana
- señorita su Clase de piano- le digo y Buffa- un pajarito me dijo que no las has tomado mientras yo no estaba. Así que tienes que recuperar el tiempo. - le digo y asiente
Voy al despacho de Brayiam. Empiezo a ponerme al tanto de todo. Tengo que recuperar los días que estuve en el hospital.
- tío cómo va el asunto de Brayiam? - pregunto
- bien. Ya encontramos la manera. - me dice y suspiro...
- enserio? - pregunto sorprendida y feliz.
- si. - me asegura
- oh, Dios mío! Gracias- digo feliz.
- tenemos que vernos en persona para hablar- me asegura
- claro. Si me dices que ahora mismo enseguida salgo
- No. Mañana- me dice y asiento feliz- pero no será tan fácil
- a que te refieres? - le pregunto
- Mucho va a depender de ti. - me asegura
- hago lo que sea. - le aseguro con firmeza
- este bien.