En la puerta del salón, un tipo de seguridad separó a los hombres y a las mujeres, tenían que entrar por puertas separadas, donde se les daba una máscara y una capa para tapar su vestimenta, ya que suponían que era fácil encontrar a la pareja por la ropa.
Martina se sentía nerviosa, no podía dejar de pensar en que Javier iba a irse con otra con la excusa de que se había equivocado. Además, no tenía idea de cómo iba a encontrarlo, afuera había mucha gente esperando para entrar y no se imaginaba que el salón iba a estar tan lleno. Al menos, las otras dos chicas también estaban con ella.
—Yo siempre lo encuentro a Damián en la barra —expresó Lourdes—. No se te va a hacer difícil encontrar a Javier.
—Nacho me dio esto —manifestó Inés por lo bajo, mostrando un auricular y un micrófono esc
